CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 2 de marzo de 2013

PARTICULARIDADES PROSÓDICO-MÉTRICAS




1. Las cláusulas métricas.

En cuanto a las cláusulas métricas, en particular la del hexámetro, la versificación folenguiana sigue generalmente la tradición clásica más común al cerrar el verso con un bisílabo o un trisílabo1.

Con todo, Paoli observó en los hexámetros folenguianos una frecuencia más bien alta de cláusulas monosilábicas (donde casi siempre el monosílabo final está precedido por otro monosílabo)2. Paoli reconoce en ello un influjo de los hábitos métricos de Marcial, mientras que Zaggia considera que puede tratarse de la extensión de un uso ya conocido, aunque esporádico, de la poesía de autores clásicos como Virgilio, Horacio y Ovidio3.

2. Versos truncos.

Los carmina truncata constituyen una extravagancia métrica exclusiva de la red. T. Zaggia aporta ejemplos de las Macarroneas menores, como Zan. T 106 (endecasílabo sáfico): Cur tuas capras retines chilò?, donde una glosa marginal advierte: carmen truncatum, quo etiam vulgaris poeta utitur, debemusque facere accentum super ultimam litteram: “en otros términos, la asunción directa de la voz oxítona chilò [‘aquí’], en otros lugares adaptada en la forma chiloium, determina una alteración exquisitamente macarrónica del texto, por la que el endecasílabo sáfico latino se encuentra asimilado a un endecasílabo trunco de tipo vulgar”4; Zan. T 672 (hexámetro): Pur ibi te fichet, lassa, codesella, che sì, donde la glosa también precisa: carmen truncatum: accentum fac super ‘sì’, etc.

También hemos localizado ejemplos en el Baldus T (IV 57: “Officium perago tabachini...”; V 157: “O magnam uirtutem hominum...”; V 399: “Voce tamen bassa...”; VI 370: “Mezzamorta cadit...”; XV 353: “Tu pensare potes...”; XVI 586: “Non erat?...”; XVI 613: “Rebus in adversis...”; XVII 286: “Tartarus agnovi...”, etc.), que pueden entenderse como una reminiscencia de los carmina truncata virgilianos, como parece quedar explicitado en un fragmento de las Laudes Merlini eiusdem magistri Acquarii Lodolae ad illustrem dominum Pasarinum scarduarum comitem de vita et moribus Merlini Cocaii et de inventione huius voluminis ubicadas al comienzo de la red. T: “[...]Tedet me hoc nobile volumen ab illo [Merlino] non fuisse recognitum, nam (teste Columella) terra quo magis laboratur magis ingrassatur. Id probatur, quia (sicut Vergilius) multa carmina reliquit imperfecta [...].”

3. La tmesis macarrónica.

Un uso anormal e intensamente expresivo de la tmesis caracteriza la versificación folenguiana, hasta el punto de constituir la particularidad métrica más comúnmente conocida del macarroneo folenguiano. Se encuentra presente también en la redd. C y V, incluso con un uso más amplio y más hábil, frente al caso de otros macarronismos métricos suprimidos en dichas redd.

Señala Paoli que la tmesis folenguiana consiste en la separación de los dos elementos de un compuesto insertando normalmente entre los dos lexemas el nexo copulativo –que (Baldus V IV 19: “Qui taiacantones dicuntur mangiaque ferri” [che si chiamano ‘tagliacantoni’ e ‘mangiaferro’]).

A veces es suficiente con que la palabra tenga una cierta extensión, cuatro o cinco sílabas al menos, para que el poeta se sienta con el derecho de cortarla (ib. II 315: “Atque pretianes, soldanos barbaque soros” [e i “Prete tanni” e i Soldani e i barbassori])5.

Zaggia analiza el uso de la tmesis en las macarroneas menores, donde predomina casi absolutamente el primer tipo enunciado por Paoli6.

La tmesis macarrónica remonta a conocidos ejemplos clásicos: “Naturalmente, este tipo de imitaciones no constituye de por sí un hecho macarrónico, aunque revela una cierta predilección por los aspectos más extravagantes (al menos desde nuestro punto de vista) de la poesía clásica; se entra empero decisivamente en el ámbito macarrónico cuando Folengo, partiendo de estos casos limitados, con evidente intención expresiva, el procedimiento más allá de los límites tradicionales, implicando también y sobre todo a los vocablos tomados del vulgar. Pero que el punto de partida ha sido el tipo clásico Septem ...triones es declarado por el propio autor en la glosa a Baldus T II 46, a propósito de Lanzaque lotti, es decir, Lanzalotti, genitivo de Lanzalottus = “Lancillotto”): ‘Lanzaque lotti’: divisio, sicut ‘Septemque triones’ (el ejemplo más cercano parece por tanto del de Ovidio, Met. I 64 [Proxima sunt Zephyro; Scythiam Septemque triones])”7.







1 Cf. Ed. Zaggia, p. 681. El resto de cláusulas presentes en los distintos tipos de versos de las macarroneas menores son analizados en las pp. 681-682.
2 Cf. U. E. PAOLI, o.c., pp. 192-194.
3 Cf. Ed. Zaggia, p. 681
4 Cf. ib., p. 683.
5 Cf. U. E. PAOLI, o.c., p. 74-75
6 Cf. Ed. Zaggia, pp. 684-685
7 Cf. Ed. Zaggia, p. 685. Otros particularidades prosódico-métricas menos caracterizantes y conflictivas respecto a la norma clásica son analizadas por Paoli y Zaggia, como la diéresis prosódica, el sigmatismo (éste sólo en Il Baldus... de Paoli (pp. 103-104), la enantiometría, la sinalefa, el hiato, el alargamiento en arsis, la abreviación de monosílabos delante de vocal, los versos hipermétricos y la rima.