CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 21 de febrero de 2015

EL CONTEXTO HISTÓRICO-LITERARIO DE LA MACARRONEA DE JUAN DE VERGARA





Bald. está escrito al calor de la derrota de las Comunidades castellanas. Joseph Pérez ha ilustrado muy claramente el origen y características de la revuelta comunera: “La revolución de las Comunidades no fue fruto de una exaltación nacionalista ni de una oleada de xenofobia, producto del advenimiento de una dinastía extranjera. [...] El advenimiento de un soberano extranjero, la elección imperial y el anuncio de una política exterior, que parecía apartarse completamente de las orientaciones tradicionales, hicieron temer a los letrados y a las capas sociales medias que los intereses de Castilla iban a ser sacrificados [...] Maravall ha mostrado perfectamente el sentido de esta revolución política. Ante todo trataba de organizar un gobierno representativo, el gobierno de las clases medias, el gobierno de la burguesía, y esto en un país en el que la burguesía carecía de fuerza y estaba profundamente dividida. Esto explica las contradicciones y el fracaso del movimiento"1.

Respecto a la actitud del autor del poema hacia las Comunidades, Juan Gil y Antonio Torres-Alcalá creen percibir ciertas simpatías en Vergara. Contamos, empero, con un testimonio del propio humanista toledano, recogido por Bataillon, en su defensa contra las acusaciones de luteranismo: “Al principio, cuando Lutero solamente tocaba en la necesidad de la reformación de la Iglesia y en artículos concernentes corruptionem morum, todo el mundo lo aprobaba, y los que escriben contra él confiesan en sus libros que al principio se le aficionaron. Y casi lo mesmo acaeció en España en lo de la Comunidad: que al principio, cuando parecía que solamente se pretendía reformación de algunas cosas, todos la favorecían; mas después que la gente se comenzó a desvergonzar y desacatar, apartáronse los cuerdos y persiguiéronla”2.

Parece aludir aquí Vergara a las primeras pretensiones de la Junta comunera de reformas fiscales, y su posterior reivindicación de poderes legislativos que recortaran los reales. Vergara vive ese conflicto en el extranjero y sumido en la vida de la corte imperial. En general, la actitud de la Iglesia fue diversa en la revuelta comunera: el clero secular adoptó una actitud reservada, pero los frailes la favorecieron desde el primer momento. Posteriormente, muchos de estos frailes fueron el núcleo de los adversarios de Erasmo3.

El poema de Vergara nos confirma la muy temprana difusión y éxito en nuestro país de la obra de Folengo. A pesar de la dificultad de sus macarronismos dialectales, ese “diálogo subterráneo con los clásicos” presente en su obra, debió resultar sumamente atractivo para humanistas como Vergara, que devoraron en sus horas de ocio esta literatura “un poco desvaída”4, pero construida con rigor obsesivo.

Ya he incidido en la influencia en la obra de Vergara, de la red. Toscolanense (1521), que representa un momento clave dentro de la evolución de la macarronea folenguiana. Las modificaciones respecto a la red. anterior sólo son comparables a las presentes en la red. Cipadense respecto a la propia red. T. En palabras de Massimo Zaggia puede decirse que “a la fase juvenil de la Paganini, acerba y experimental, por más que ambiciosa, sucede con la Toscolanense una fase extremista, de macarrónico por así decir flameante; la sucesiva redacción Cipadense documentará [...] un repensamiento clasicista, y por fin la Vigaso Cocaio presentará una (incompleta) labor de sincretismo”5.

Este macaronico fiammeggiante de la red. T se caracteriza por un contraste deliberado y violento entre un componente marcadamente dialectal y el latino, así como por la presencia de ciertas extravagancias métricas exclusivas de esta red. No obstante, la red. T no traiciona la línea de evolución de las macarroneas folenguianas trazada por Paoli: en la red. T se reducen errores prosódico-métricos presentes en la red. P y se elimina léxico latino a favor del macarrónico. Prueba sintomática de esto es la reducción del número de versos enteramente latinos. Estos dos aspectos de limae labor continuarán en las sucesivas redd. C y V.

Partiendo de esta caracterización, pasaremos en próximas entradas  a estudiar la tipología del macarroneo del primer poema del género en España en relación con su modelo lingüístico, la susodicha red. T. Analizaremos el léxico macarrónico, y las peculiaridades sintácticas y prosódico-métricas de tipo macarrónico.









1 Cf. J. PÉREZ, o.c., pp. 177-179
2 Cf. M. BATAILLON, o.c., p. 454
3 Cf. J. PÉREZ, o.c., p. 134
4 Cf. J. LÓPEZ DE TORO, o.c., p. 404
5 Cf. M. ZAGGIA, “Breve percorso attraverso le quattro redazioni delle Macaronee folenghiane”, Atti Convegno 1991, p. 91.


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