CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 18 de julio de 2015

BALDO, Libro I, vv. 1-63




Introducción, y descripción del país de las Musas macarrónicas.



La fantasía1 a mí me vino más que fantástica
de la historia de Baldo2 cantar con grasientas3 Camenas,
ante la cuya fama altísona y nombre gallardo
tiembla la tierra, y de miedo se caga ahora el Infierno.
Antes, empero, vuestro favor invocar es preciso,                                 5
¡oh, las Musas fuente del macarrónico4 arte!
¿Acaso podrá del mar pasar mi góndola escollos,
si de vuestra ayuda no se ve protegida?
A mí ni Melpómene, ni Talía5 bobalicona,
ni Febo el guitarro rascando a mí me dicten de versos;                        10
pues cuando pienso en las dimensiones de mi barriga,
no del Parnaso la cháchara viene bien a mi gaita.
Sólo las Musas panzudas y las doctas hermanas,
Gosa, Comina, Maga, y Mafelina, Toña, Pedrala6
vengan la boca a llenar al poeta de macarrones7,                               15
y de polentas denle cinco u ocho bandejas.
Son las famosas diosas grasientas, ninfas untuosas,
cuya morada8, región y su territorio exclusivo
recóndito queda en cierto rincón remoto del mundo,
que aún no conoce de los españoles la carabela.                                 20
Magna álzase allá montaña hasta las botas de diosa Luna,
que si alguien compara con el Olimpo desmesurado,
colina tendrá que llamar al Olimpo mejor que montaña.
No del Cáucaso cuernos allí, ni el dorso marrueco9,
ni el monte Etna que sulfurosas llamas escupe,                                   25
ni allí la montaña de Bérgamo saca piedras redondas,
que ves girar en cuanto el molino muele la avena.
Nosotros allí de fresco, curado, y de semicurado
queso formados unos Alpes hemos pasado.
Creedme, porque lo juro, decir ni una sola mentira10                           30
podría, por los tesoros todos que esconde la tierra:
de allí a hondos valles corren ríos de brodio11,
que un lago de sopa producen, y un mar profundo de salsa.
Hechas aquí de relleno de tortas por miles ver puedes
ir y venir balsas, barcas, y bergantines veloces,                                  35
en los cuales las Musas manejan lazos y redes
de salchichas, en tripas de ternera cosidas,
pescando gnocchi, buñuelos y tomacelle12 doradas.
No es conocida13, empero, la tempestad en el lago,
que del cielo baña la bóveda con rudas olas;                                     40
no tan grande jaleo provocas, ¡oh, lago de Garda!
cuando los vientos aúllan en torno al hogar de Catulo14.
Costas hay allá de fresca y tierna manteca,
donde cien calderos llenan el cielo del humo
de casoncelli, de macarrones, y tagliatelle15.                                     45
Tales ninfas moran del alto monte la cima,
queso rallando sin pausa con ralladores calados.
Otras se ocupan de amasar tiernos gnocchi a mano,
que en masa compacta ruedan por entre el queso rallado,
y girando desde la cima del monte abajo,                                         50
vuélvense como cubas de las de gruesa panza.
¡Oh, cuán necesario resulta que den de sí las quijadas,
si alguien quiere llenarse la panza de tan grande gnocco!
Cortando otras la pasta, y unas cincuenta marmitas
llenar vieras de pappardelle16 y de grasientas lasagne.                        55
Y otras, si la sartén por el fuego harto vivo crepita,
de allí retiran los tizones y dan soplidos adentro,
pues del caldero por fuego tan grande desbórdase el brodio.
En suma, todas se ocupan de preparar su pitanza,
conque es posible ver humeantes mil chimeneas,                               60
y mil borbotean calderas de unas cadenas colgadas.
Aquí el mejor pescador fui del arte macarronesca,
aquí Mafelina de mí ha hecho un pancipoeta17.








Ilustración: xilografía aludida en nota 7 





1Phantasia mihi plus quam fantastica venit. La magna obra de Folengo se abre con una parodia de la protasis propia de la poesía épica grecorromana, compuesta de propositio (exposición del argumento) e invocatio a las Musas, presente también en la épica caballeresca como recuerda Mario Chiesa.
2Los 25 libros del poema contarán, efectivamente, las peripecias de Baldo, paladín neocarolingio, hijo natural de Baldovina, hija del rey de los francos, y de Guidón, caballero descendiente del legendario Reinaldo de Montalbán, uno de los doce Pares de Francia, desde su nacimiento hasta su particular descensus ad inferos. Recuérdese la libérrima adaptación del Baldus de la redacción Toscolanense que aparece en la primera parte del Quarto libro del esforçado cauallero Reynaldos de Montaluán, que trata de los grandes hechos del inuencible cauallero Baldo y las graciosas burlas de Cingar, sacado de las obras del Mago Palagrio en nuestro común castellano, (Sevilla, 01542) dentro de una casi desconocida serie caballeresca.
3Historiam Baldi grassis cantare Camoenis. La hipóbole, en expresión feliz de Ivano Paccagnella, se muestra elemento esencial de la parodia -que no irrisión- que ejecuta Folengo de sus modelos clásicos y caballerescos. De tal suerte rechaza a las gráciles Musas tradicionales para optar por otras de su cosecha, gruesas, bastas y llenas de pringue. Las Camenae eran el equivalente mitológico latino de las Musas griegas.
4El etymon del género procede del título de la obra de su iniciador, la Macaronea de Tifi Odasi (circa 01490), poema de unos 700 hexámetros, donde se cuenta de una macaronea secta paduana, dedicada al consumo desaforado de macaroni y a la frecuentación de putas de tres al cuarto.
5Musas, respectivamente, de la tragedia y de la comedia.
6"Los nombres de las Musas retoman nombres femeninos difundidos en Lombardía y especialmente en el territorio bresciano (L. Messedaglia, Vita e costume della Rinascenza in Merlin Cocai, pp. 48 y 91)" (Chiesa). A este autor recurrirán, como es de rigor, -y yo mismo hice cuando redactaba mi tesis doctoral- los edd. Faccioli y Chiesa para notas de realia concernientes a la vida popular coetánea a Folengo.
7Imbocare suum veniant macarone poêtam. Preferentemente en plural, los macaroni de Tifi o macarones de Folengo designaban -como indica Messedaglia-, no los maccheroni o macarrones napolitanos de hoy en día, pasta hueca o rellena de varias formas y tamaños, sino los gnocchi, de los que el propio Folengo da una receta al mismo tiempo que un programa poético en la Apologetica in sui excusationem de la redacción Toscolanense (01521). Como prueba definitiva de la indiferenciación de macaroni y gnocchi en Folengo, reproduce Luigi Messedaglia (o.c., p.176) una xilografia que aparece por primera vez en la red. T, donde Merlín aparece sentado sobre una cubeta, con una botella de vino en la zurda, y la diestra sobre el borde de una fuente llena de gruesos gnocchi: Zana, una de sus musas inspiradoras, le emboca un voluminoso gnocco, ensartado en un palito; Togna, otra musa macarrónica, toca la gaita.
8Del v. 18 al 63 se extiende una digresión en forma de descriptio del país de las Musas. Sobre este país de Cucaña “versión popular del mito humanista de la Edad de Oro (en España, La tierra de Jauja, según el paso de Lope de Rueda)” (cf. F. Márquez Villanueva, Fuentes litearias cervantinas, p. 291) y su identidad con el país de Bengodi descrito por Boccaccio, Decameron, VIII, 3: “et eravi una montagna tutta di formaggio parmigiano grattugiato, sopra la quale stavan genti che niuna altra cosa facevan che far maccheroni e raviuoli, e cuocergli in brodo di capponi, e poi gli gittavan quindi giú, e chi piú ne pigliava piú n'aveva” cf. L. Messedaglia, o.c., pp. 187 y 427-428 y G. Cocchiara, “Il paese di Cuccagna: l'evasione dalla realtà nella fantasia popolare”, Il paese di cuccagna e altri studi di folklore, Boringhieri, Torino, 01956.
9Non ibi Caucaseae cornae, non schena Marocchi. Referencias respectivas a los agudos picos de la cadena caucásica (Faccioli) y a la cadena del Atlas.
10Credite, quod giuro, neque solam dire bosiam. El macarronismo final de verso aparece en la macarronea de Juan de Vergara (ca. 01522) (Bald.),la primera española, y su añadido espurio (Spur.): Ac.pl.: bŭsīas Bald. 47, 55 ac.sing.: bŭsīam Spur. 17, tomado de la redacción Toscolanese. Este macarronismo ofrece una forma alternante: bŏsīa, la única presente en las macarroneas menores (cf. glosario ed. Zaggia s.v.), y la que predomina absolutamente en Baldus P(aganini) y T, salvo en una sola ocasión, Baldus T III 27: “vultis ego videam si vera est ista #busia#”, donde la variante es justificada en una glosa marginal: “ ‘busia’ et ‘bosia’, sicut ‘forca’ et ‘furca’, haec autoritas poetis conceditur ad maiorem carminum decorem”. Vergara ha optado por este hipermacarronismo por mor de una mayor expresividad. Este hecho puede asegurar también su dependencia textual de la red. T. El autor de Spur. toma esta lectura de Bald.
11Illic ad bassum currunt cava flumina brodae. Por su semejanza, traduzco el brodae folenguiano por el esp 'brodio' (sust.: “El caldo con algunos trozos de legumbres y sobras de la olla, que de ordinário se dá à los pobres en las porterías de los Monastérios y otras Comunidades. Viene del Italiano Brodo, que significa caldo. Algunos dicen Bódrio, pero se debe escribir Bródio por razón de su origen [...] También se toma vulgarmente por qualquier comida picada, y revuelta con otros ingredientes, quando no está bien guisada ni sazonada" (Diccionario de Autoridades. s.u. ‘brodio’). Dicho término es usado por Diego Sánchez en su Epístola Macarrónica (01533): Nam brodium primum ei datur qui est in cabecera (v. 47) y Quis poterit semper manus barbasque fricare / Per brodij grassam antiquam de tota semana? (vv. 55-56)

12Piscantes gnoccos, fritolas gialdasque tomaclas. Tomaclas (ac. pl.) (del lat. tomaculum) designa una "suerte de croquetas confeccionadas con hígado de cerdo y vísceras varias, huevos, queso y especies, sobre todo azafrán -de donde su color amarillo-, envueltas en redaño, y fritas" (Faccioli).
13Res tamen obscura est, quando lagus ille travaiat. La existencia de un calco ovidiano (OV. Met. 6, 319 -20: Res obscura quidem est ignobilitate uirorum, / mira tamen. Vidi praesens stagnumque locumque), me lleva a apartarme del sentido de las traducciones ofrecidas por Faccioli (Ma le faccende si mettono male quando quel lago è in tempesta) y Chiesa (È però una cosa tremenda quando quel lago è in tempesta).
14Quando cridant venti circum casamenta Catulli. El poeta Catulo poseía una villa en Sirmione, a la ribera del lago de Garda, en los Alpes italianos. Ciertas ruinas aún visibles son atribuidas tradicionalmente a tal villa.
15Plena casoncellis, macaronibus atque foiadis. Los casoncelli son un tipo de pasta rellena todavía común en Brescia (Faccioli), y la foiada es una especie de tagliatelle (Chiesa).
16Pampardis videas grassisque implere lasagnis. Pampardis, forma reducida de pappardelle o pampardelle, es un tipo de lasagna ancha (Faccioli).
17Hic me pancificum fecit Mafelina poëtam. El poeta se vuelve panzudo como las Musas bajo cuya advocación se coloca (cf v. 13). Se cierra así esta hipóbole programática, en la que el piadoso monje benedictino Teófilo Folengo, la primera persona macarrónica, en la afortunada expresión de Luca Curti, ofrece un retrato antifrástico de sí mismo gracias a su sosias macarrónico, Merlín Cocayo, la segunda persona macarrónica.  



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