CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

domingo, 29 de diciembre de 2013

TERCERA Y ÚLTIMA ETAPA DE LA BIOGRAFÍA LITERARIA DE TEÓFILO FOLENGO




En 1534 Folengo reingresa en la orden benedictina, y allí permanece hasta su muerte en 1544. Este último decenio es la tercera fase de su producción literaria, y marca una vuelta a la producción macarrónica. La tercera redacción de las macarroneas, conocida como Cipadense, apareció sin fecha, aunque puede datarse verosímilmente en 1534-1535. En 1538 es trasladado a Sicilia, donde compone en lengua vulgar una pieza de teatro sacro llamada Atto della Pinta1 por ser representada en la iglesia de Santa Maria della Pinta, un poema del mismo tenor, la Palermitana2, y comienza un poema en hexámetros latinos, la Hagiomachia3, que queda incompleto. Los poemas sacros deben ser considerados como una transposición literaria de la meditación monástica, sugerida por la voluntad de conciliar empeño ascético, y pasión por la poesía4.De Sicilia retorna al norte de Italia hacia 1542, y pasa como prior al pequeño convento de Santa Croce de Campese, donde fallece el 9 de diciembre de 15445. La muerte sorprende a Folengo cuando preparaba la cuarta redacción de sus macarroneas, pasión de toda una vida6, que fue publicada póstumamente en 1552.





1 Esta pieza fue representada entre 1538 y 1539, pocos meses después de la llegada de Folengo a Palermo, señalando el prestigio que circundaba al poeta mantuano. Traía a escena la creación del mundo, del hombre y la Encarnación de Cristo. Fue puesta en escena con renovado éxito hasta comienzos del siglo XVII junto con otras piezas trágicas escritas por Folengo, de las que sólo se conservan los títulos: una Santa Cristina, una Santa Cecilia y una Santa Caterina. Bibliografía sobre esta obra en M. L. DOGLIO, "La Palermitana di Teofilo Folengo tra "Coliseo Pastorale", riscrittura, Institutio Christiana e poema sacro", Atti Convegno 1991, p. 103. M. A. BALSANO, "L'Atto della Pinta: un crescendo durato mezzo secolo" en D. FICOLA (ed.), Puncta 5. Musica sacra in Sicilia tra Rinascimento e Barocco. Atti del Convegno di Caltagirone, 10-12 dicembre 1985, Flaccovio, Palermo 1985, pp. 195-235 señala muchos puntos de contactos con el teatro contemporáneo ibérico, y apunta la hipótesis de que Folengo estuviera en España en torno a 1525 en el séquito de Ferrante Gozanga, virrey de Sicilia. El texto del Atto fue editado en 1994 por M. DI VENUTA, cf. también "L'"Atto della Pinta": una sacra rappresentazione nella Palermo del Cinquecento", Quaderni Folenghiani 2 (1997/98), pp. 55-72, quien propone como fecha de estreno el 25 de marzo de 1539, con el propio Folengo como director de escena, y señala como fundamentales las representaciones de 1562 y 1581. Bibliografía actualizada se encuentra en G. ISGRÒ, "La virtualità scenica dell'"Atto della Pinta"", QF 6-7 (2006-2009), pp. 77-90.
2 Compuesto entre 1540 y 1541, se trata de un poema inacabado en tercetos con notables ecos dantescos, destinado a ampliar el horizonte de la Umanità presentando en su primer libro la historia del Antiguo Testamento y en el segundo la del Nuevo. Los materiales bíblicos de la parte inicial (de la creación a la aparición de Cristo) vienen aquí introducidos en un auténtico drama religioso, que Folengo imagina representado por una comunidad de pastores en Palestina. Son los mismos sucesos del Atto della Pinta, descritos y "narrados" esta vez por un testigo ocular que registra también todos los aspectos técnicos de la representación. El autor-espectador, de hecho, asiste al espectáculo y lo comenta en detalle con la ayuda de Palermo, abad de una anexa comunidad de monjes. Este originalísimo meta-teatro épico, del que el Cinquecento no ofrece otros ejemplos, se enriquece luego con importantes notas autobiográficas; con un salto respecto a la Umanità y más bien un retorno al Caos. El expediente escénico permite, de hecho, insertar al propio Teófilo en la vicisitud, con una serie de alusiones a los conflictos de la orden benedictina. Clamorosamente personalizado es también el expediente estructural con que el poeta divide el primer libro del segundo, lanzando al mismo tiempo una invectiva contra la iglesia corrupta. La representación termina con las durísimas palabras de Dios a la indigna Sinagoga y con el anuncio de una comunidad cristiana renovada por Cristo (de lectura también en clave actual y reformista). Inmediatamente después, los pastores y el propio Folengo asisten en la realidad al verdadero nacimiento de Jesús. El autor en primera persona entra luego en la Sagrada Familia como sirviente, recoge su testimonio, revive los hechos del Evangelio en el momento mismo de su realización. Este juego entre la ficción del teatro (filtrada por el poema) y la realidad del Cristo Viviente, este espléndido anacronismo que conjuga autobiografía potencial e historia sacra, demuestran que la pasión por el experimentalismo formal acompañó al monje hasta sus últimos años (cf. R. RINALDI, "L'allegoria maccheronica di Teofilo Folengo", Umanesimo e Rinascimento, Utet, Torino 1990, vol. II, p. 1577). Sobre la tradición textual del poema, su estructura y fuentes cf. M. L. DOGLIO, o.c., pp. 103-117. Existe una notable edición de la obra a cargo de P. DE CORSO (T. FOLENGO, La Palermitana, Olschki, Firenze, 2006).
3 Consta de 19 passiones o vidas de santos. C. MARANGONI (cf. "Materiali per un commento alla "Hagiomachia" di Teofilo Folengo", Atti Convegno 1991, pp. 485-490) llama la atención sobre la riqueza del latín humanista de Folengo, tanto por la variedad de sus modelos como por la apertura a todos los momentos y tipos de latín, de lo que es síntoma la creación de neologismos y el empleo de términos inusuales. Una descripción de su tradición textual puede hallarse en A. CAVARZERE, "La tradizione manoscritta della "Hagiomachia". Una postilla", Atti Convegno 1991, pp. 481-484. El mismo Marangoni (cf. IDEM, "Parole e figure del martirio nella Hagiomachia", QF 2 (1997/8), pp. 73-80 estudia las fuentes y iuncturae clásicas presentes en la obra, que aún no ha sido editada en su totalidad. En la necesidad de una edición comentada y un estudio de fuentes del difícil latín humanista folenguiano insiste A. Cavarzere (cf. IDEM, "Vicende editoriali dell'Hagiomachia", QF 2 (1997/98), pp. 95-108, quien ha editado algunas passiones (cf. IDEM, "Dall'Hagiomachia di Teofilo Folengo (II): Cucufatus et Felix contestes", QF 3 (2000-2001), pp. 107-120; "Dalla "Hagiomachia" di Teofilo Folengo (III): "Cyrus ac Ioannes contestes", QF 6-7 (2006-2009), pp. 15-58 -con stemma codicum descriptorum y bibliografía actualizada-).
4 cf. M. CHIESA, "Don Teofilo della sobrietà", QF 1 (1995/96), pp. 13-42: 38-39. Tal esfuerzo de conciliación es sincero, pese a la leyenda autobiográfica goliardesca difundida en las Macarroneas y adoptada por parte de la crítica, que explica también las obras sacras folenguianas como satisfación cínica de una exigencia de la Congregación benedictina para su readmisión: "Questo trapassare dell'esperienza spirituale del monaco nell'opera letteraria viene ad essere una prova dell'autenticità di ambedue: la meditazione è uno degli impegni più ardui, nel quale è difficile fingere; e un'opera così radicata nell'esperienza monastica non può nascere solo per sollecitazioni esterne" (Ib. p. 39).
5 Sus hermanos de religión lo enterraron donde aún hoy se encuentra, en la capilla situada a la derecha del altar mayor, en el ángulo noreste de la iglesia, donde desde siempre los monjes benedictinos solían tener su cementerio y dar sepultura a sus muertos. La historia de su tumba es también un poco la de la fama de Folengo: desde su muerte hasta inicios del siglo XVIII se vió enriquecido su sepulcro con numerosas inscripciones laudatorias en griego, francés, hebreo, italiano y español. Del setecientos en adelante, coincidiendo con el olvido del poeta, la tumba cae en un lento, progresivo e irremediable abandono, traducido en la pérdida de muchas inscripciones. Tras la unificación de Italia (1866), con la revaloración romántica del poeta y su poesía, la capilla y la tumba de Folengo tornaron de nuevo a resplandecer, aunque no mejoró su estado de conservación, de suerte que las goteras provocaban, en la segunda mitad del siglo, la pérdida de muchas de las inscripciones pintadas en torno a la tumba. A comienzos del siglo XX, y de acuerdo con el creciente interés y las continuas peregrinaciones de poetas y hombres de cultura de todas partes de Italia, se dispone un libro de visitantes ilustres, inaugurado el 6 de septiembre de 1903 por el poeta Carducci. Caída la capilla tras la segunda guerra mundial en un grave estado de abandono, por insensibilidad e incuria, fue renovada y dotada de iluminación dos años antes del célebre congreso folenguiano de 1977, con el sacrificio de las antiguas inscripciones bajo una buena capa de cal. Con motivo del quinto aniversario del nacimiento de Folengo (1491-1991), la capilla tomó un nuevo aspecto, más decoroso y conforme a las expectativas de sus visitantes, que, además de disponer como en el pasado de un registro para firmas, pueden admirar allí, inscritas sobre las paredes, las numerosas y a menudo audaces manifestaciones de simpatía humana y admiración literaria de generaciones enteras. Al lado izquierdo del sofito puede leerse una inscripción en español, curioso testimonio indirecto de la fama del poeta macarrónico en nuestro país: "Aca Merlin Poeta es sepultado / Que en rudo estil de acentos muy grosseros / A porfia de Maron, y Marte Ayrado / Y las quexas cantò de los vaqueros" (cf. FRANCO SIGNORI, "La tomba di Teofilo Folengo e le sue iscrizioni", Campese e il Folengo, Comunità parrocchiale di Campese, Campese 1991, pp. 105-116. La inscripción fue anteriormente reproducida por A. MOMIGLIANO, "La critica...", p. 179 -el único que transcribe la coma del tercer verso-, y C. CORDIÉ, "I fratelli Folengo e la Spagna", Letterature moderne, I (1950), p. 73).

6"[...] il Folengo, dichiarando l'efficacia della poesia sacra per percepire verità sublimi e ritenendo la poesia profana una pausa alle più gravi cure, può lavorare con forte impegno intellettuale alle opere sacre e tornare a limare le proprie opere macaroniche", cf. P. DE CORSO, cit. edición de la Palermitana, p. 19.

sábado, 12 de octubre de 2013

SEGUNDA FASE DE LA BIOGRAFÍA LITERARIA DE TEÓFILO FOLENGO



El siguiente periodo es el de la salida de la orden benedictina, y también el del fin momentáneo de la producción macarrónica. No resultan del todo claras las circunstancias de este abandono de la Congregación1, pero puede barruntarse que los hermanos Folengo se vieron envueltos en un debate interno sobre la vida monástica como partidarios de una vuelta a la pobreza y simplicidad originarias2, y que por ello cayeron en desgracia ante el abad Ignacio Squarcialupi, atento al menor pretexto para hacerles imputaciones de todo tipo: Ludovico Folengo fue procesado por lujuria y expulsado de la orden en 1524. La tensión debió hacerse extrema en 1525, cuando Teófilo obtuvo del Papa la facultad de exclaustración sin dispensa de votos3, y abandonó el convento; su hermano Giambattista siguió su ejemplo tres años después.

Instalado en Venecia, se entrega a una febril actividad editorial: en 1526 publica, bajo el pseudónimo de Limerno Pittocco el Orlandino4, poema vulgar de ocho cantos en octavas reales, y en 1527 ve la luz el prosímetro Caos del Triperuno5, en un único volumen con el Orlandino. La búsqueda de seguridad económica y de condiciones de vida aptas para el recogimiento espiritual le llevan a entrar en 1526 al servicio de Camillo Orsini, hombre de inmaculado sentimiento religioso, como preceptor de su hijo Paolo6. Parece que nunca dejó de existir en él la nostalgia del claustro, que fraguó finalmente, tras la muerte de su hermano Ludovico y de Squarcialupi, en una petición de readmisión formalizada con su hermano Giambattista. Los superiores aceptaron la petición en la primavera de 1530, imponiendo como condición el cumplimiento de un periodo de tres años de vida eremítica, que los hermanos Folengo culminaron en la península de Sorrento. En el relativo aislamiento de su retiro, Folengo compuso obras latinas como el poemita Janus7, de contenido autobiográfico, y las composiciones recogidas bajo el nombre de Varium poema8. En vulgar escribió el poema de argumento sacro La umanità del Figliuolo di Dio9. Con esta obra, publicada en 1533, concluye la segunda fase de la biografía literaria de Folengo.






1Sobre las intrigas de poder en la Congregación, marcadas por la personalidad de Ignazio Squarcialupi, v. G. BILLANOVICH, Tra don Teofilo..., pp. 97-110.
2 Cf. M. CHIESA, "1526...", p. 101. Chiesa se muestra de acuerdo con la opinión de Menegazzo de que la salida de la congregación de los hermanos Folengo se debió al deseo de llevar una vida más austera y contemplativa (cf. ib. p. 94). Billanovich había resaltado anteriormente aspectos más pedestres: los Folengo habían estado desde el principio en la primera línea de la oposición a Squarcialupi; y en cuanto al proceso contra Ludovico Folengo, afirma que "sarà difficile credere che il processo contro Ludovico Folengo, incriminato da accuse ripetute e da testimonianze numerose, sia stato solo una macchina perfida" (p. 101).
3 Cf. ib. p. 103. Al año siguiente, Teófilo F. fue acusado de robo: "Sarà troppo semplice spiegare le accuse solo con la clientela che certo legò don Sebastiano, e probabilmente don Alberto [i monaci accusatori], allo Squarcialupi, e invece coverrà credere che almeno la sbadataggine o la trascurezza dell'imputato abbia facilitate le accuse [...] Questioni di eterodossia gli accusatori non dovettero muoverne, se Teofilo e il fratello difensore possono tacerne del tutto" (pp. 108-110).
4 Limerno, como señala Paoli, "è il nome che il poeta prende quando scrive in volgare; qui è un 'Limerno pitocco', che cioè non va in cerca di grazie petrarchesche, come il Limerno del Caos, più ingenuo e migliore; al contrario, sguaiatissimo ed innamorato di sconcezze, mostra compiacenza per tutto ciò che è volgare e osceno" (cf. U. E. PAOLI, Il 'Baldus'..., p. 239). En el poema se pueden distinguir dos partes de casi igual extensión: en la primera se mezcla la narración de un torneo con la de los amores de Milón y Berta, hermana de Carlomagno, y su posterior fuga; la segunda parte es dedicada a las hazañas de Orlandino en su infancia. El octavo y último libro configura una feroz sátira antifrailuna, personificada en el abad Griffarosto. Mario Chiesa (cf. "Una fonte dell''Orlandino' e del 'Baldus', Atti Convegno 1977, pp. 249-267) llama la atención sobre el hecho de que las novedades estructurales de la red. C del Baldus (la figura de Berto Panada, el nacimiento de Baldo, sus luchas con los niños, sus diálogos con la madre) tienen su origen en reelaboraciones de episodios del Orlandino. Esta obra es prueba para Chiesa de que no existe sólo un macarronismo de la lengua, sino también de los temas, los géneros y los módulos estilísticos, que puede producir una figura como la de Berto Panada (cf. también Introd. Gen. II. 2. 2. n. 278, y M. SCALABRINI, "Nascita e infanzia dell'eroe macaronico", Quaderni Folenghiani 3, pp. 137-159). Sobre su relación con el género caballeresco cf. M. CRISTINA CABANI, "L"Orlandino" di Folengo e il genere cavalleresco", Rivista di letteratura italiana, IX, 1991, pp. 591-61, quien concluye que "tras la operación folenguiana se entreve un juego de contaminación de géneros, de destrucción de topoi, en perfecta consonancia con las reglas del poema caballeresco contemporáneo [Pulci], pero llevado al límite de su destrucción como organismo narrativo" (pp. 607-608). En opinión del citado Chiesa (cf. "1526...", pp. 53-58), hay que leer el Chaos y el Orlandino como obras de un monje en polémica con su propia congregación por el modo de entender la vida monástica. Detecta la presencia preponderante del tema de la pobreza en el Orlandino, que alcanzará su expresión más madura en el episodio de Berto Panada de las dos últimas redd. del Baldus, y de la crítica a los frailes junto con ciertas proposiciones sospechosas de herejía. En el aspecto lingüístico, la obra, escrita en el dialecto mantuano del autor con la adición de voces lombardas, vénetas o de otro origen dialectal, demuestra, para M. C. Cabani (cf. o.c., p. 605) la inexperiencia de Folengo en su primera aproximación a la literatura en vulgar. En el mismo año, Luca Curti (cf. "Vigaso Cocaio"..., pp. 147-148) recuerda la opinión de M. Pozzi que ve en el Orlandino una protesta contra el proyecto toscanizante del Bembo de 1525, y le contrapone las opiniones diversas de Gianfranco Folena, para quien se debe hablar más bien en Folengo de una conciencia permanente de su insuficiencia lingüística toscana, y de Billanovich, que retrata al Folengo de la red. V como un literato septentrional que ha aspirado en vano durante años a ser un poeta en vulgar toscano. Sobre la tradición editorial del texto cf. la ed. de M. Chiesa (T. FOLENGO, Orlandino, a cura di M. CHIESA, Antenore, Padova 1991 ("Medioevo e Umanesimo", 79), pp. CVIII, 272).
5 Esta obra, escrita en parte en macarroneo, en parte en vulgar y en parte en latín, se presenta como un itinerario biográfico y espiritual del autor, que se desdobla en tres personalidades (Merlino, Limerno y Fúlica), en busca de una reconquistada redención encarnada por Triperuno: "[...] un'opera sola e tre argomenti; e di questi ogni singolo argomento diviso in tre parti, tre selve, e nell'interno della selva seconda, la centrale, tre regni; un unico autore e i suoi tre nomi di battaglia: Merlin Cocaio, Limerno e Fùlica; ai quali corrispondono tre mezzi di esposizione: il maccheroneo di Merlino, il volgare petrarchesco di Limerno, le formule teologiche di Fùlica; un testo e tre sensi (uno letterale e due allegorici). Ma poi, nel corso dell'esposizione, il giuco fra l'uno e il tre si complica, perchè la trinità folenghiana (Merlino, Limerno, Fùlica) è posta in antitesi con l'unità (Triperuno) [...] Il Triperuno, si intende, è il F. stesso; ma èl il F. rinnovellato da un intimo travaglio e sicuro della sua via dopo un lungo errare; è Triperuno quando è giunto ad essere quale vuol essere: quando, dopo un triplice smarrimento, durante il quale si è impersonato in Merlino, in Limerno e in Fùlica, ricompone a unità la propria persona. Sicchè il Caos si presenta come la storia di uno svolgimento spirituale avvenuto nel poeta; storia personale a cui l'allegoria dà carattere di universalità; le tre selve sono altrettante fasi che l'animo trascorse dall'innocenza infantile (prima selva), attraverso i perturbamenti sensuali, morali e ideologici dell'età adulta (i tre Regni della seconda selva), a uno stato di epurazione e di acquiescenza (l'evangelico Triperuno della terza selva), quando vi giunge con la scorta delle sacre scritture e meditando sul misterio della redenzione dell'uomo e della umanità di Cristo. Si può dire che è la storia e il modelo di una catarsi" (cf. U. E. PAOLI, o.c., pp. 242-243). En opinión del mismo Paoli, el Caos quiere afirmar la superioridad sobre el Orlandino y el Baldus de los poemas de contenido sacro que estaba ideando (cf. ib. p. 245), y que serán, ciertamente, firmados con su nombre de religión, Teófilo. En cuanto a su forma literaria, Antonio Daniele ha señalado las diferencias con los prosímetros precedentes (Marziano Capella, Boecio, Dante, Boccaccio, Sannazaro), consistentes en una construcción más elaborada y compleja fundada programáticamente sobre el número ternario, como si fuera un reflejo humano y trivial de la Trinidad, y en una acumulación de formas métricas y prosísticas que representan casi todos los géneros en prosa y verso conocidos en la época (cf. A. DANIELE, "La forma del 'Chaos'", Atti Convegno 1991, p. 331). Por otra parte, el juicio de Billanovich (ib. p. 117) sobre el valor literario de la obra es negativo: "Per gli imbrogli confusi e vuoti che vi si aggrovigliano dentro, il Caos à una scrittura più debole e più irritante delle molte opere pie, pallide di anemia congenita ma per lo meno liscie e uniformi, di cui il Folengo alterna la composizione alla revisione delle Maccheronee nella seconda metà della sua vita". Tocando la espinosa cuestión de la lengua, Gianfranco Folena afirma que el presunto antibembismo de Folengo hay que deducirlo, en todo caso, e silentio, y que no existe en el Caos defensa o apología del dialecto como en Ruzzante. Folena pone en relación la experimentación lingüística del Orlandino y del Caos con la segunda fase de la producción macarrónica folenguiana, donde, en el nuevo y más compacto tejido, junto al componente expresionista del dialecto, adquiere siempre mayor valor el contrapeso y el contrapunto de la lengua literaria, en una solución predominantemente trilingüística del "poliglotismo maximalista" folenguiano, que permite a Folena definir su macarroneo como "lengua triperuna" (cf. G. FOLENA, "Il linguaggio del 'Caos'", Atti Convegno 1977, pp. 238-239, 246). Sobre las ediciones del Caos cf. A. Daniele, o.c., p. 329. En 2010 la Asociación Amici di Merlin Cocai ha publicado una edición facsímil del Chaos del Triperuno, a partir de la edición Garanta (1527), al cuidado de Otello Fabris y Roberto Stringa.
6 Chiesa deduce de un pasaje de la Selva seconda del Chaos que Folengo ha dejado la congregación de Santa Giustina por disensiones en el modo de entender la vida religiosa, y piensa poder vivir según sus propias convicciones bajo la protección de Orsini (cf. ID. "1526...", pp. 94-95).
7 El poemita, de 559 hexámetros, dedicado "Ad Paulum Ursinum" fue impreso en Venecia por Aurelio Pincio poco después de 1535 en un mismo volumen tras los Pomiliones de Giambattista y el Varium poema de Teófilo (cf. LUCA CURTI, "Vigaso Cocaio"..., p. 129). Sobre la vida y obra de Giambattista Folengo cf. ed. Zaggia pp. 535-537. Una edición facsímil de este volumen, a partir de un ejemplar propiedad de Roberto Stringa, y al cuidado de G. Bernardi Perini, R. Stringa y Otello Fabris fue editada por la asociación Amici di Merlin Cocai en 2011. Sobre el Janus vea la interesantísima noticia que da G. Bernardi en el postfacio de esta edición.
8 Sus 68 composiciones se configuran, en gran parte, como un diario de su vida eremítica. Ettore Bonora observaba en esta obra la influencia del gusto refinado de los humanistas napolitanos con los que mantuvo contacto Folengo durante su periodo eremítico, y señala su influencia posterior en la escritura de las redd. C y V (cf. E. BONORA, Ritratti..., p. 145). El primero en haber puesto en duda, que sepamos, la anterioridad en el tiempo del Varium poema respecto a la red. Cipadense fue Emilio Menegazzo (cf. "Teofilo Folengo accademico Intronato (con una noterella extravagante)", Atti Convegno 1977, pp. 358-370), quien, tras documentar fehacientemente la pertenencia de Folengo a la Accademia degli Intronati de Siena, analiza la composición XIX del Varium poema dirigida ad Intronatos en calidad de demanda de admisión ("Scilicet a triviis tanta est audacia nostris, / ut rudis utque humili nostra haec succinta cothurno / Musa et degenerem vatem testata, canoras / Senarum inspiciat Veneres atque ocia Phoebi. / Illic Arsicii comites, cura unica nostri, / hetruscam instaurant linguam quicquidve leporum est. / Felices genii, felicia pectora!: tanti / vos faciant Charites et Nymphae nobilis Arni, / quanti magniloquum vatem, quem Mintius Ande / sustulit e modica summae ad fastigiae Romae. / O mihi contingat (faveat modo Tuscia caeptis) / inter apollineos numerarier Intronatos! / An, quicquam maiore queat me laude referre, / vel si Dardanidas celebrem, non impar Homero, / vel si Verrinos mores grandi ore lacessam? / Ah, redeas, delira! Ingens lux illa pusillum / perstringit lumen, cui sol caligat ab axe".), y deduce de ella, contra la opinión de Goffis y de Folena, que la obra que consuetudinariamente acompañaba la petición era en este caso la red. Cipadense (cf. ib. p. 362: "[...] il "degener vates" è il Folengo maccheronico, che nella domanda riconosce i peculiari caratteri della sua poesia e, pur accennado a qualche cosa di diverso, e cioè, forse, all'Umanità stessa in lingua volgare cui stava attendendo ("faveat modo Tuscia caeptis"), non rinnega la sua passata (e presente) attività letteraria, anche se si finge sgomento di fronte all'altezza letteraria degli Intronati ("Ah, redeas, delira...!"). Insomma, questa musa ["rudis" e "humili... succinta cothurno" e "degenerem vatem testata"] non abita nell'Olimpo con l'Apollo Musagete come la musa o le muse degli Intronati ("... ocia Phoebi", "...ingens lux illa pusillum perstringit lumen, cui sol caligat ab axe") ma nel Bengodi dei macaroni, con la Gosa, Comina ecc. di Merlin Cocaio"). Posteriormente, y de modo independiente, Massimo Zaggia llega a parecida conclusión; tras constatar que todos los epigrammata latinos de la red. C aparecen, aunque con retoques, en el Varium poema, Zaggia adelanta la hipótesis de que la composición del Varium poema no precede -como se había pensado hasta el momento-, sino que sigue a la red. C, en consonacia con el nuevo designio estilístico de la red. V (cf. ed. Zaggia p. 491: "Il Varium poema, infatti, costituì lo sbocco del versante latino della Cipadense, mentre la parte più propriamente macaronica trapasserà, con una serie di ritocchi, nell'ultima redazione delle Macaronee: infatti, se nella Cipadense la concezione folenghiana del macaronico contempla anche l'inclusione di pezzi correttamente latini, successivamente, in vista della redazione Vigaso Cocaio, tali pezzi furono evidentemente sentiti come appesantimenti estranei alla fisionomia stilistica dell'opera macaronica, e pertanto vennero spunti; la redazione Vigaso Cocaio poté presentarsi, infine, in veste più esclusivamente macaronica, mentre i pezzi latini già accolti nella Cipadense potevano essere destinati al Varium poema"). El estudio de las variantes le lleva a reafirmarse posteriormente en esta posición (cf. M. ZAGGIA, "Breve percorso...", p. 100), compartida, asimismo, por Luca Curti en el mismo año (cf. "Vigaso Cocaio...", p. 129) por idéntico expediente. La obra fue editada críticamente por C. F. Goffis (Varium poema, Torino 1958), aunque Zaggia y Curti le reprochan el hecho de presentar un texto contaminado con la versión de la red. C.

9 La obra consta de diez libros en octava real (ottava rima). La temática del primer libro, que hace las veces de introducción, está tomada del Viejo Testamento, y en él se pasa revista a los más famosos personajes bíblicos. En los restantes libros el poeta expone el Evangelio desde el nacimiento de Cristo a su muerte. Sobre el motivo de elección de la octava real frente al terceto (terzina), módelo métrico usual para la épica sacra, Simona Gatti (cf. "L'ottava rima nell'"Umanità del Figliuolo di Dio", Atti Convegno 1991, pp. 126-127) apunta motivos estructurales: la gravedad rítmica y estilística de la octava real, legitimada por Ariosto, parecía más adecuada a la construcción de un poema narrativo que sigue el continuum prosístico de los Evangelios, interpolado, de tanto en tanto, por la intervención directa del poeta, que interrumpe el relato para introducir sus propias reflexiones culturales y teológico-doctrinales. Mario Chiesa pone en duda la opinión generalizada que hace de la Umanità un simple ejercicio penitencial impuesto por sus superiores benedictinos, ya que si el poema fue ideado, como parece, mientras escribía el Orlandino y el Chaos, debe afirmarse una continuidad sustancial entre el Folengo de 1526 y el de 1533, atento a exponer los frutos de la Pasión de Cristo dentro del marco de la espiritualidad benedictina (cf. o.c., pp. 72-76). Sobre la tradición editorial del texto, el más divulgado en vida del autor, cf. SIMONA GATTI, "Intorno alle edizioni dell'"Umanità del Figliuolo di Dio" di Teofilo Folengo. Primi appunti", Atti Convegno 1991, pp. 471-479.

domingo, 1 de septiembre de 2013

DESCUBRIMIENTO DEL MANUSCRITO MACARRÓNICO DE LA BIBLIOTECA DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA DADO POR DESAPARECIDO



    Extracto del artículo "Las glosas macarrónicas folenguianas y su influencia en los escolios de la macarronea de Francisco Pacheco (1565)", que aparecerá en el próximo número de la revista Quaderni Folenghiani

    El poema macarrónico, inédito, atribuido a Francisco Pacheco nos ha sido transmitido, según se creía hasta hace poco, en dos manuscritos del s. XVI. Macarronea del Licençiado / Pacheco hecha el año / de sesenta y cinco es el título que figura en la primera copia conocida del poema, recogida en el vol. 180 (Varios, 21; ff. 363r-391v) de la llamada “Fernán Núñez Collection”, una muy amplia colección de manuscritos españoles, sobre todo del siglo XVI y XVII, que forma parte desde 1984 de la Bancroft Library de la University of California at Berkeley, y cuya existencia fue revelada por J. I. Díez Fernández en 1997.1

    La primera mención a la obra la hace Kristeller, cuando recoge la siguiente referencia de la Biblioteca de la Real Academia de la Historia (BRAH, Madrid): “Francisco Pacheco, poema maccaronicum, in two books, 22-4-75. Now 9 / 4129”.2 Pero, como indicaba J. F. Alcina,3 lo único que queda en la actualidad es un notación en el índice donde se lee: “Francisci Pacieci poetae hispalensis poema maccaronicum in duos libros divisum. Es un poema satírico y obsceno”, y al margen “Falta”. Estimaba el profesor Pozuelo que podría ser el mismo poema de la Bancroft Library en otra versión.4

    El descubrimiento de un segundo manuscrito de la obra por parte de Juan Montero y José Solís de los Santos5 confirmó la hipótesis de la existencia de otras fuentes manuscritas de la macarronea. Dicha copia se encuentra en la Biblioteca Francisco de Zabálburu, en Madrid. La macarronea ocupa el documento 5 (ff. 74r al 81r) del códice ms. 245 del fondo Altamira de dicha biblioteca. Aparece registrada en el índice como: “Macarronea de Francisco Pacheco a Francisco Sánchez. Copia del siglo XVI. 1586. 9 fols. Humanística cursiva”. El folio 73 ofrece algunas noticias sobre el autor y su obra, así como la fecha de “-1586-”, fecha de la copia, como bien demuestran Montero y Solís. Tras colacionar ambos manuscritos señalan éstos leves divergencias textuales entre Z y B (copia menos cuidadosa y carente del aparato de glosas marginales de la primera), y deducen que ambas copias proceden de un mismo apógrafo o, por el momento, arquetipo, y que «dicho apógrafo puede ser la copia perdida de la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, sobre todo para Z, que distingue claramente la obra en dos libros, pero no hay seguridad de que esta copia perdida sea la de Zabálburu".6

Descubrimiento del manuscrito dado por desaparecido en la biblioteca de la Real Academia de la Historia.

       Tras la publicación de mi citado artículo en Calamus Renascens 8 (2007), descubrí en el Iter Italicum, vol. V, col. 324-325, entre los manuscritos no catalogados (uncatalogued) de la biblioteca de la Hispanic Society of America7 en Nueva York una referencia a una copia manuscrita de la Macarronea de Pacheco del siglo XVI, desconocida para la crítica hasta la fecha:

Uncatalogued (Pacheco). cart. XVI. Fols. 219-226. Marginal notes.
f. 219. F. P. Hispalensis poeta ad lectorem huius operis excusatio, a poem, inc. Plus adamate mihi. 219. Incipit opus, a poem, inc. Ridiculae Musae furfantis numina vulgi. 223v. Lib. secundus. 226v. In Macharoneam Francisci Patiechi Hispalensis argumentum.

    La escueta noticia del Iter Italicum me hizo pensar en una copia distinta, sin duda, del ms. B (diferente en su título, y carente de argumentos y escolios), y coincidente en su excusatio inicial, y su división en libros, así como en la existencia de glosas marginales con el ms. Z; también coincidía con éste en la existencia de argumentos, exactamente con la misma denominación, aunque su transposición tras el explicit del poema, distinta, pues, de su disposición en el del ms. Z, donde aparece (f. 73v) tras una nota aclaratoria inicial del copista (f. 73r) y su datación (ausentes también del nuevo manuscrito), y la advertencia al lector (f. 74v: Fr. P.8 Hispalensis Poetae ad / lectorem huius operis excusatio) me dieron en conjeturar que no se trataba de un mero apógrafo del ms. Z.

    Tras realizar las pertinentes gestiones y conseguir una copia (en pdf) de dicho ms. (al que llamaré a partir de ahora H) pude realizar ciertas constataciones sobre la peculiaridad de dicho ms.

    Por una parte, la cubierta sin numerar del cartapacio contiene la leyenda siguiente escrita a lápiz y de mano distinta y posterior a la del copista: “Francisco Pacheco- / vease la nota – uno debe devolverse a la Academia-", y en el ángulo inferior izquierdo se lee la signatura: “B3717”, de mano distinta y posterior a la del escoliasta.9 Dicho ms., numerado del 219r al 226v, está escrito en letra cursiva humanística, de mano distinta a la del ms. Z, de unos 44 a 46 renglones por folio, tirados y sin llamada de folio a folio, dotados, a su vez, de apostillas marginales de la misma mano. Respecto a la nota que se menciona en la cubierta, ésta aparece en el margen superior izquierdo del f. 219r de la misma mano que la advertencia en cubierta, y reza del modo siguiente:

Esta “Macarronea” de Franc.co / Pacheco es, sin duda, la misma / que se hallaba antes en el / tomo III, fól. 219-226 de / las Misceláneas en fól. del / Marqués de Montealegre, / marqués de Villaumbrosa, / cuya coleccion existe actualm.te / en la Bibliot. de la Acad. / [de l]a Historia. Vease el Mus. / eo o Biblioteca selecta del / Excmo. Sr. Don Pedro Nuñez / [d]e Guzman, marqués de / Montealegre, y de Quintana, / conde de Villaumbrosa, / por el licenciado Don Joseph / Maldonado y Pardo. fol. 168.

    La obra aludida por el anónimo escoliasta es Museo o Biblioteca selecta del Excmo. Señor Don Pedro Núñez de Guzmán, marqués de Montealegre y de Quintana, conde de Villaumbrosa, escrita por Joseph Maldonado y Pardo, y publicado en 1677 en Madrid, por Juan de Paredes. El marqués de Montealegre fue un eminente bibliófilo, que reunió una de las bibliotecas más nutridas del siglo XVII español. Maldonado redactó, pues, un catálogo de ésta, que fue profusamente citado posteriormente por Antonio Rodríguez Moñino en su estudio La colección de manuscritos del Marqués de Montealegre (1677), en "Boletín de la RAH", Madrid (1950-1951), tomos 126-128. Rodríguez Moñino señala que dichos fondos formaban parte de la colección "Salazar y Castro"10 de la Biblioteca de la Academia de la Historia en Madrid, y que fueron objeto de pillaje por parte de desaprensivos que vendieron parte de estas obras a bibliotecas extranjeras.

    La precisa referencia del escolio del ms. de la macarronea de Pacheco viene a coincidir, efectivamente, con la noticia de Kristeller y de J. F. Alcina, y permite identificar fehacientemente el ms. de la biblioteca de la Hispanic Society of America con el presuntamente sustraído de la Academia de la Historia de Madrid; es cierto, por otra parte, que de la admonición del escoliasta para que se devolviera uno a la Academia (la de Historia, evidentemente, cosa que, por otra parte, es notorio que no se hizo), puede deducirse la existencia de un duplicado del que no se tienen más noticias.

    En cuanto al aspecto textual, el ms. presenta lecturas que lo alinean, en su mayoría, con las del ms. Z, frente al muy incorrecto ms. B, aunque también ocurre en ocasiones viceversa, dada la deliberada, en mi opinión, labor de contaminatio y emendatio del copista del ms. Z; ofrece, asimismo, lecturas propias que lo hacen, en la mayoría de casos, preferible para el editor. Resulta, pues, el más fiable de los mss. conocidos hasta el momento. En cuanto al aparato de glosas marginales, presenta escolios ausentes del ms. Z (aunque es más frecuente el caso de las glosas sólo conservadas en el ms. Z), y un pequeño número que sólo se ha transmitido en el ms. H.

1 J. I. DÍEZ, Textos literarios españoles en la Fernán Núñez Collection (Bancroft Library. Berkeley), «DICENDA, Cuadernos de Filología Hispánica», XV, 1997, pp. 139-182: 181.
2 P. KRISTELLER, Iter Italicum, Londres-Leiden, 1989, vol. IV, col. 513b.
3 J. F. ALCINA, Repertorio de la poesía latina del Renacimiento en España, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1995, p. 134.
4 B. POZUELO, El túmulo, p. XCV-XCVI.
5 J. MONTERO-J. SOLÍS, La macarronea, pp. 639-666. Los autores denominan B al manuscrito de la Bancroft Library, y Z al ms. de la biblioteca Zabálburu.
6 J. MONTERO-J. SOLÍS, La macarronea, p. 646-648.
7La biblioteca de la Hispanic society of America fue creada por el magnate, erudito y mecenas Archer Milton Hungtinton (1870-1955), quien realizó numerosas compras de libros y manuscritos antiguos en España, por su propia iniciativa o con la ayuda del librero alemán Hiersemann (catalogador posterior de parte de la Biblioteca), entre ellas, la de la biblioteca del marqués de Jerez de los Caballeros en 1902, considerada la más rica en libros y manuscritos antiguos españoles después de la de la Biblioteca Nacional cf. John O'Neill, “La Biblioteca de la Hispanic Society of America desde su creación hasta nuestros días” http://www.cervantes.es/imagenes/File/biblioteca/o_neill_john_hispanic_society.pdf.
8 El ms. H ofrece la lectura F. P.
9 Informa el Iter Italicum, vol. V, col. 316, de que los mss. de la citada biblioteca están dividida en tres grupos: el primero formado por los mss. adquiridos por Hiersemann en Leipzig, cuya signatura comienza con las siglas HC; las signaturas del segundo grupo empiezan por la letra B, seguida de un número de serie, y el tercer grupo recibe el nombre de Uncatalogued (en el que entraba el ms. de Pachecho), ordenados alfabéticamente por autores o títulos. No obstante, Kristeller informaba de que parte de los mss. más antiguos estaba siendo examinado y catalogado por el prof. Charles Faulhaber con signaturas que principiaban por B. Quizás radique en este hecho la explicación de esta signatura añadida.
10Más recientemente, María Victoria Alberola Fioravanti en su Guía de la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Real Academia de la Historia, 1995, p. 83, recuerda que la colección de manuscritos del marqués de Montealegre entró en dicha Biblioteca con la colección "Salazar y Castro", ya que formaba parte de ella, constando de 22 vols. en 4º y 48 vols. en folio, con el carácter de fondo misceláneo de documentos del siglo XVI y XVII.

sábado, 13 de julio de 2013

PRIMERA ETAPA DE LA BIOGRAFÍA LITERARIA DE TEÓFILO FOLENGO



Una de las aportaciones fundamentales de Giuseppe Billanovich a la biografía de Folengo ha sido el establecimiento de la verdadera fecha de nacimiento del escritor, que la crítica, a partir de Alessandro Luzio, situaba en 14961. Éste nació el 8 de noviembre de 1491 en Mantua, hijo del notario Federico Folengo y de Paola Ghisi, de familia oriunda de Parma y muy religiosa2. Fue bautizado con el nombre de Girolamo, que cambió por el de Teófilo al entrar en la religión de San Benito; seguía así el ejemplo de seis de sus ocho hermanos, de los que cinco ingresaron también en la orden benedictina (Nicodemo, Giambattista, Ludovico, Placido y Corona), y uno, Silvestro, se hizo agustiniano3. Girolamo ingresó, pues, a finales de la primavera de 1508 como novicio en el monasterio bresciano de Santa Eufemia, donde profesó, exactamente un año después, el 24 de junio de 15094. Tras su profesión se aplicó al estudio de la filosofía, y fue testigo de las atrocidades cometidas por los invasores franceses en la región y su propio monasterio5. En 1512 fue trasladado, para completar su instrucción, y de acuerdo con los transferimientos regulares de primavera, al monasterio de San Benedetto Po en Mantua, a medio camino de Bolonia, cuya Universidad pudo haber frecuentado, aunque sin llegar a matricularse6; en dicho monasterio se encontró con sus hermanos Ludovico y Giambattista, y cimentó una sólida formación cultural latina y griega, covirtiéndose en un maestro de la retórica humanística, al tiempo que seguía en contacto con la realidad administrativa del convento y su entorno rústico. En octubre de 1513 parece haber pasado al monasterio de Santa Giustina en Padua, donde perfeccionó sus estudios, y debió de profundizar su conocimiento de la poesía macarrónica paduana, la de Corrado, Tifi Odasi, y del Nobile Vigontie opus7. Entre 1517 y 1522 está atestiguada su presencia en diversos monasterios, siempre en funciones de subcellerarius8, lo que le permitió entrar en contacto con el mundo campesino, y su lenguaje, tan importante en su obra macarrónica. En enero de 1517 aparece la primera redacción de sus macarroneas, conocida como Paganini, por el nombre de su famoso editor en la época, el bresciano Paganino Paganini, quien mantenía relaciones comerciales con Santa Eufemia desde 15149. El éxito del librito fue inmediato y vasto. El 5 de enero de 1521 aparece la segunda redacción de las macarroneas, llamada Toscolanense por su lugar de impresión, todavía a cargo de Paganino, y que era mucho más ambiciosa que la primera. La red. T cierra, como afirma Massimo Zaggia10, la primera fase de la biografía literaria de Folengo, que se expresa sólo en lenguaje macarrónico.




1 Cf. G. BILLANOVICH, Tra don Teofilo..., p. 11. Así lo recuerda el propio Billanovich ("le plus éminent commentateur de Pétrarque", a decir de Curtius, La littérature..., p. 353) en 1979 (cf. "Spiritualità e cultura nei monasteri bresciani e Teofilo Folengo monaco a Brescia, Atti Convegno 1980, pp. 37-38), y 1991 ("Giovanni Battista Folengo riformatore della Congregazione Benedettina di Valladolid", Atti Convegno 1991, p. 303).
2G. BILLANOVICH, Tra don Teofilo..., p. 10.
3 Sobre estos datos familiares cf. G. BILLANOVICH, o.c., p. 15 y RODOLFO SIGNORINI, "Un nuovo contributo alla biografia di Teofilo Folengo", Atti Convegno 1977, pp. 371-400.
4G. BILLANOVICH, o.c., pp. 15-21.
5Ibidem, pp. 29-39.
6 Billanovich recalca este hecho (cf. "Spiritualità...", p. 38) para llamar la atención sobre la falsedad de la noticias de la red. V, que llevan al joven Folengo a la universidad de Bolonia, y lo hacen alumno de Pomponazzi (cf. Baldus V XXII 129-132: “Dum Pomponazzus legit ergo Perettus, et omnes / voltat Aristotelis magnos sotosora librazzos,/ carmina Merlinus secum macaronica pensat/ et giurat nihil hac festivius arte trovari”. No obstante, Luca Curti (cf. "Per la biografia di Teofilo Folengo: La morte di 'Baldo' (Francesco Donesmondi)", Atti Convegno 1991, pp. 491-506) se hace eco más recientemente de una vieja hipótesis de Adolfo Gaspary, que sostiene que, en torno a 1515, Folengo frecuentó el Estudio de Bolonia. Curti señala la existencia de un vacío en la biografía folenguiana entre el 18 de enero de 1515 y el 25 de mayo de 1517, y demuestra documentalmente la existencia del Francesco Donesmondi presunto compañero de estudios de Folengo en Bolonia -donde fue asesinado siendo estudiante-, del que se dice en la red. V que inspiró la figura de Baldo (Curti reproduce [cf. o.c., p. 491-492 y "Vigaso Cocaio"..., pp. 121-124] el texto del Argomento sopra il 'Baldo' que precedía al Baldus V y donde se afima esto: "La cagione, che indusse il nostro poeta a poetar in questa sì degna opera, fu la prodezza, il valore, la generosità d'un scolaro mantoano della famiglia Donesmonda, chiamato Francesco, come il gran cavallier Francesco Gonzaga, ultimo marchese di Mantoa ordinò fosse nominato del nome suo, tenendolo proprio desso al fonte del battesimo. Essendo egli pur in studio di Bologna, era un stupore della sua valorosità, gagliardezza, liberalità, bellezza, leggiadria, animosità, con un ingegno prontissimo ad ogni quantunque difficultosa impresa. Pertanto tirandosi come fina calamita tutti e' buon compagni dietro, diede con molti fatti materia e suggetto al nostro Merlino di fingere questo volume, sì come una scorza, sotto la quale sta occulta la verità di molte e molte cose. E così per la sua baldanza chiamollo Baldo, e li compagni secondo il vario costume loro nominolli chi Cingaro, chi Falchetto, et il resto"). Asimismo, Nora Calzolaio recuerda bien que el tal Donimundus aparece por primera vez mencionado en el Dialogus Philomusi presente en el llamado fascículo 2MD de la red. T, lo que le lleva a aseverar, como Curti, la estancia de Folengo en Bolonia; según Calzolaio, Folengo pudo componer su Baldus tras haber pasado algunos meses en Bolonia desde el fin de su presencia en San Benedetto Po el 18 de enero de 1515 (Donesmondi murió el 29 de marzo de ese año) (cf. NORA CALZOLAIO, “Il Dialogus Philomusi: edizione, attribuzione, commento”, Quaderni Folenghiani 3, 2000-2001, pp. 93-96). Por otra parte, Lucia Lazzerini recordaba la importancia que Menegazzo atribuía a Bolonia en la formación del joven Folengo frente a una sobrevalorada experiencia mantuana: Bolonia, normal y natural sede universitaria de los mantuanos, quedó para Folengo, que entre 1512 y 1515 se hallaba en el convento de S. Benedetto Po situado en el camino que llevaba de Mantua a Bolonia, como la ciudad universitaria ideal (cf. L. LAZZERINI, "Per latinos...", p. 334 n.2).
7G. BILLANOVICH, Tra don Teofilo..., pp. 52-61.
8 Señala Billanovich que Teófilo careció de las expertas virtudes de administrador de sus hermanos Ludovico y Giambattista, así como de su propensión a los estudios teológicos o jurídicos, y al cultivo de una devoción ardiente y virtuosa (Ib., p. 80). No obstante, de aquel quotidiano litigioso contatto coi villani de las posesiones monásticas obtuvo Teófilo un tesoro inesperado: “Dalla cellereria Folengo non ricavò solo il contatto con i rustici , ma pure dovette vivere per anni in quell'impasto a dosi variabili: di latino di volgare di gergo che ora impressiona tanto chi consulta i registri con gli atti e con i conti del monastero. Un linguagio misto, un creolo da dotti, che tutti ripetevano e scrivevano, che era una lingua comune eccitò l'ingegno dei monaci e gli mostrò la sua via. Il retore e artista lo perfezionò […] Vivendo tra la terra arata e gli uomini di educazione primitiva il Folengo ha roto tradizioni e schemi usati da secoli (Ib., pp. 83-84)”. Por otra parte, se ha señalado más recientemente la inexistencia de documentos que demuestren que Folengo realizara tales funciones, al menos en el monasterio de Santa Eufemia en Brescia (cf. ROBERTO NAVARRINI - MAURIZIO PEGRARI, "Folengo Monaco a Brescia: L'ambiente monastico el il "realismo" folenghiano", Atti Convegno 1991, pp. 242-244).
9Ib., p. 85.

10 Cf. M. ZAGGIA, "Breve percorso attraverso le quattro redazioni delle macaronee folenghiane", Atti Convegno 1991, p. 92.

sábado, 1 de junio de 2013

VIDA Y OBRA DE TEÓFILO FOLENGO: Hacia un perfil folenguiano


El esbozo de una semblanza vital de Folengo es inseparable de una exposición mínima de las diversas interpretaciones que ha producido la crítica en su análisis de los datos biográficos y la obra literaria del monje benedictino. Francesco de Sanctis rehabilitó en 1870 la figura literaria de Folengo, asignándole el lugar eminente que sin duda merece dentro de la historia de la literatura italiana1. A él se le debe también el primero de los retratos modernos de Folengo: Aceptando sin más como auténticos los datos biográficos ofrecidos en el prefacio2 de la cuarta redacción de las macarroneas folenguianas, que presentan al poeta como un aventurero alocado y errante que cede al eremitismo al final de sus días, De Sanctis hace de Folengo el estereotipo romántico del poeta maldito, cuya comicidad realista actúa como principio demoledor del mundo medieval3.

En 1948 aparece la obra capital de la biografía folenguiana, Tra don Teofilo Folengo e Merlin Cocaio, escrita por Giuseppe Billanovich. Una metódica investigación en archivos de Brescia le permitió a éste, por un lado, desmontar lo que llamó la "leyenda autobiográfica" folenguiana, construida por el autor en las últimas redacciones de sus macarroneas para eludir la reprobación de sus superiores religiosos, y, por otro lado, reconstruir la biografía más bien anodina de un monje básicamente fiel a la ortodoxia benedictina. Poco después, Cesare Federico Goffis, incidiendo en aspectos religiosos e intelectuales, descubrirá en el poeta macarrónico rasgos de heterodoxia basándose en el análisis de la obra de su hermano Giambattista y de alusiones contenidas en la obra del propio Teófilo, que, en opinión de Goffis, se convirtió en el primer luterano de Italia4. Emilio Menegazzo señaló posteriormente las conexiones de Folengo con el reformador valdesiano Benedetto de Mantua5. La incompatibilidad entre la interpretación ortodoxa y heterodoxa ha venido últimamente a ser matizada por Mario Chiesa6, quien sitúa a Folengo en el ambiente del evangelismo italiano, en el que podía profesar tesis de los reformadores sin por eso sentirse enrolado con Lutero contra la Iglesia de Roma, de acuerdo con la confusión religiosa que caracterizaba a la Italia pretridentina.






Imagen: retrato de Teófilo Folengo en una edición del opus macaronicorum de 1768 propiedad de R.Signorini reproducido a su vez en Quaderni Folenghiani I, p. 106.


1  El mérito principal del gran crítico italiano fue su revaloración histórica de Folengo, relegado durante casi tres siglos, al dedicarle un capítulo completo entre los sendos consagrados a otras figuras del quinientos como Ariosto y Maquiavelo. Los aciertos y errores de su interpretación del autor macarrónico fueron determinantes en el desarrollo de la crítica folenguista posterior (cf. A. MOMIGLIANO, o.c. pp. 219-223; R. SCRIVANO, “La proposta folenghiana di De Sanctis”, Atti Convegno 1977, pp. 401-410). Existe una reedición moderna de esta obra publicada por Einaudi, Torino 1958. Folengo es la contraparte bufonesca de Ariosto, el único al que cede en importancia en su tiempo, como afirma Giuseppe Billanovich, Tra don Teofilo Folengo e Merlin Cocai, Pironti, Napoli, 1948.
2 Reproducimos a continuación la parte de la carta de "Vigaso Cocaio alli lettori" en la que se ofrecen noticias biográficas bajo este pseudónimo: "Girolamo Folengo mantoano, et a me discepolo nella professione grammaticale, fu da suo padre mandato a Bologna, ma volse ch'io parimente andassi con esso lui, solamente per guardarlo, che non perdesse il tempo et i danari. Ma sendo egli già cresciuto e fatto tale, che più no mi avesse a temere, come vivace molto, e faceto, e compagnone, si diede in preda alla sviata giovanezza, e posponendo li termini logicai, tutto si congiunse alle muse latine, volgari e macaronesche. Io assai feci per ognimodo riducerlo alla voluntà del padre, ma sempre indarno m'affaticai. Compose egli dunque sotto il nome d'uno furfante detto Limerno in ottava rima la fanciullezza di Orlando paladino, opera ingeniosa et assai mordace. Poi sotto nome di Merlino Cocaio diede principio a i grandi fatti di Baldo in verso eroico e macaronesco, e fecene un volume di venticinque libri. Quattro libri poscia della Moschea, pur sotto il medesimo nome, gli uscirono dalle mani in verso pentametro e macaronico. Successe a lei la Zanitonella con altre cosette facete. Al fine come bizaro e fantastico che era, mandò fuora sotto nome di Triperuno il Chaos in stile ora latino, ora volgare, ora de macaroni. Fatto tutto questo, per un gran disordine e pericolo della vita fummo costretti tornarsi alla patria con la zucca piena più di lasagne che di filosofia. Laonde ebbe egli dal padre tal rimbrotto e reprensione, che in guisa di disperato andò errando per lo mondo, fatto in prima cortegiano, poi soldato, poi romito; al fine con un suo fratello più di lui dotto, si chiuse in una solitudine a darsi totalmente a i sacri libri, ove sotto nome di Teofilo Folengo compose in ottava rima La Humanità di Cristo figliuol di Dio, ove nel principio si dole assai aver perduto gli anni sotto il titolo di Merlino [...] Ancora in un volumetto di Epigramme ha inserto questo assai elegante, e fuora de macaroni: "Quae quondam, fateor, docili mihi floruit aetas / magnificum poterat laudis adire iubar. / At mens decipitur iuvenum, quae lubrica saepe / unde decus poscit, dedecus inde refert. / Cum mihi praeteriti subeunt insomnia Baldi, / tam pudet, ut pudeat non puduisse satis. / Infelix tamen ipse minus fortasse viderer, / lusissem varios si sine dente modos". [...] Or dunque perseverando col frate suo in così buono e securo stato, alfine d'una febre malegna infermato, rese l'anima al suo fattore, la qual cosa udendo io, subito fui col fratello a ritrovar le molte carte da lui scritte. Trovammo, che per cagione di ricantare avea rifatta la Macaronea, come si può leggere tutta tramutata, e di gran lunga più dotta, faceta e onesta della prima [...] Trovammo oltre a questo un Poema vario latinamente scritto, avendo egli omai li macaroni a stomaco, e nausa. Il quale pensamo di far imprimere dapoi questo, acciò si vegga espressamente quanta sia la differenzia tra il nome di Merlino, e quello di Teofilo [...]" (cf. ed. de Luca Curti en "Vigaso Cocaio", Rivista di letteratura italiana, IX, 1991, pp. 121-122). En este artículo Curti demuestra que esta carta no es atribuible a Folengo; es, por ende, la segunda ocasión en las obras folenguianas, tras el Dialogus Philomusi -de la mano del propio autor- del fascículo 2M D de la red. T (cf. Nora Calzolaio, "Il 'Dialogus Philomusi'´: edizione, attribuzione, commento", Quaderni Folenghiani, 3, p.93) en la que aparece el nombre laico del autor, Girolamo.
3 El realismo que De Sanctis sitúa como rasgo esencial del arte folenguiana incitó en la crítica la concepción de un Folengo defensor del mundo popular y su cultura dialectal, y alentó la tesis del macarroneo como contestación a la tradición latina y toscana. Sobre la objeción a este concepto cf. Ricardo Scrivano, "La proposta folenghiana di De Sanctis", Atti Convegno 1991, pp. 407-408: "Restano gli elementi, cui s'è accennato variamente, relativi al realismo folenghiano, che è in linea di principio un particolareggimento ("ricchezza di particolari") che incanta De S. per l'evidenza del referente ("Al poeta non sfugge nulla, i cibi, il modo di apparecchiarli, il desco, l'affaccendarsi di Berta..." [...]) e di conseguenza per l'efficacia del significante ([...] "Lo stile di Merlino [è] un realismo animato da una immaginazione impressionabile e da un umorismo inestinguibile"). [...] A livello cosciente si iscrive perfettamente nell'orizonte ben fissato nella mente di De S. che ciò che è importante è dare l'immagine della cosa, riprodurre il "vivente" direbbe piú tardi sottraendosi, como anche qui, all'ambiguità sollecitante di qualche rapido passaggio. [...] È legittimo allora dubitare che sia formula applicabile ad un poeta in cui la verosimiglianza, la convenienza, l'ordine erano primari oggetti polemici del suo operare letterario e della sua presenza intelettuale, como apertamente dichiara negli ultimi due versi del Baldus: "he heu, quid volui, misero mihi, perditus Austrum / floribus et liquidis immisi fontibus apros" (XXV, 657-58). Sicché anche la nozione di realismo, che può essere stata più suggestiva e più utile in una certa fase o per certi episodi della moderna critica folenghiana, assume alla fine una precisa funzione passiva di contenimento dell'eversività e di riduzione alla ragione dell'esperienza anomala (ma non tanto, occorre dire, alla luce delle recenti ricerche sul complesso della cultura cinquentesca) di Teofilo Folengo". La consideración sentimental de la obra folenguiana ha producido posteriormente retratos tan contrapuestos como el que hace de Folengo un carácter bonachón íntimamente afecto al mundo popular que describe, frente al que hace de nuestro autor un personaje atrabiliario y misántropo recluido en las tinieblas del claustro, "un Savonarola vestido de payaso", en expresiva imagen de F. Salsano (La poesia di Teofilo Folengo. Saggio sopra i luoghi comuni della critica folenghiana, Napoli 1953, p. 126 cit. por F. Márquez Villanueva, o.c., p. 348). La visión romántica desanctiniana, fruto de la cultura del Risorgimento, tiene un interesante epígono en Raffaele Ramat (cf. "Il "Baldus" poema dell'anarchia" en Sette contributi agli studi di storia della Letteratura italiana, Palumbo, Palermo 1958, luego en Saggi sul Rinascimento, La Nuova Italia, Firenze 1969, pp. 189-198 cit. por F. Márquez Villanueva, o.c., pp. 347, 354 y C. F. Goffis, "La contestazione...", pp. 86-87), para quien el Baldus supone una burla de los grandes mitos humanos del Renacimiento, fruto de una visión del mundo como caos y tumulto, "risa poética de un ácrata sobre la anarquía del mundo".
4 El veterano folenguista, que dedicó a Folengo su tesis de doctorado en 1935, defiende la heterodoxia religiosa de Teófilo y de su hermano carnal y en religión, Giambattista, a través del análisis de la obra de ambos en estudios como La poesia del Baldus, Genova 1950, L’eterodossia dei fratelli Folengo, Genova, s. a. pero 1950, respuesta a G. Billanovich en su biografía Tra don Teofilo Folengo e Merlin Cocaio, Napoli 1948, donde señalaba la sustancial adscripción de Folengo a la ortodoxia de la orden benedictina, y en los últimos años: “La contestazione religiosa e linguistica nei testi folenghiani”, Atti Convegno 1977, pp. 84-129; “Il macaronico folenghiano fra arte e contestazione”, Maia, XLIV, 1992, pp. 131-145; “Il dantismo eterodosso del “Baldus”, AA.VV., Miscellanea di studi danteschi in memoria di Silvio Pasquazi, 2 voll., Federico & Ardia, Napoli 1993, vol. I, pp. 407-422. Para Goffis la solución del problema religioso, aportando plena luz sobre sus motivos y pasiones, contribuye propiamente a la definición de la poética y de la poesía folenguiana. La parodia es, por tanto, una justificación insuficiente, y puede decirse que latín y dialecto son puestos en conflicto por motivos ideológicos. Folengo, que es un heterodoxo que pasa del erasmismo al luteranismo precozmente, eleva a dignidad literaria una lengua hablada en cierto modo, pues se remonta ésta al filón del hibridismo lingüístico espontáneo, tal como puede verse recogido en innumerables documentos del tardomedievo (crónicas, estatutos, los inventarios eclesiásticos que reproducen el lenguaje de las sacristías y de los monasterios). Goffis quiere mostrar la realidad de la base macarrónica en el lenguaje del vulgo ignorante vivida en los lugares de cultura. La obra de Folengo expresa: “una visión de la cultura como renuncia a lo abstracto, al platonismo y al aristotelismo, a la teología; reducción al pragmatismo de la vida evangélica, esto es, del vivir y actuar con fe sin intelectualismos, que se concretan en la constitución y acción de la Iglesia condenada” (cf. “Il macaronico...”, p. 144). El poeta no recurre al latín y al dialecto con fines paródicos o expresivos, sino para expresar su propia tensión innovadora y restauradora al tiempo: “[...] Folengo siente en el latín el rigor de la espiritualidad sublime, en el lenguaje más rústico la depresión de la inteligencia, la vida reducida a los instintos y a la picaresca, a lo soez” (cf. “La contestazione...”, p. 122).
5 Cf. E. MENEGAZZO, "Contributo alla biografia di Teofilo Folengo (1512-1520)", Italia Medioevale e Umanistica, II, 1959, pp. 367-408 cit. por F. Márquez Villanueva, o.c., p. 345.
6 Cf. M. CHIESA, "1526: Il Folengo e le sue "scorte"", Teofilo Folengo tra la cella e la piazza, edizioni dell'orso, Alessandria 1988, pp. 52-112.

sábado, 2 de marzo de 2013

PARTICULARIDADES PROSÓDICO-MÉTRICAS




1. Las cláusulas métricas.

En cuanto a las cláusulas métricas, en particular la del hexámetro, la versificación folenguiana sigue generalmente la tradición clásica más común al cerrar el verso con un bisílabo o un trisílabo1.

Con todo, Paoli observó en los hexámetros folenguianos una frecuencia más bien alta de cláusulas monosilábicas (donde casi siempre el monosílabo final está precedido por otro monosílabo)2. Paoli reconoce en ello un influjo de los hábitos métricos de Marcial, mientras que Zaggia considera que puede tratarse de la extensión de un uso ya conocido, aunque esporádico, de la poesía de autores clásicos como Virgilio, Horacio y Ovidio3.

2. Versos truncos.

Los carmina truncata constituyen una extravagancia métrica exclusiva de la red. T. Zaggia aporta ejemplos de las Macarroneas menores, como Zan. T 106 (endecasílabo sáfico): Cur tuas capras retines chilò?, donde una glosa marginal advierte: carmen truncatum, quo etiam vulgaris poeta utitur, debemusque facere accentum super ultimam litteram: “en otros términos, la asunción directa de la voz oxítona chilò [‘aquí’], en otros lugares adaptada en la forma chiloium, determina una alteración exquisitamente macarrónica del texto, por la que el endecasílabo sáfico latino se encuentra asimilado a un endecasílabo trunco de tipo vulgar”4; Zan. T 672 (hexámetro): Pur ibi te fichet, lassa, codesella, che sì, donde la glosa también precisa: carmen truncatum: accentum fac super ‘sì’, etc.

También hemos localizado ejemplos en el Baldus T (IV 57: “Officium perago tabachini...”; V 157: “O magnam uirtutem hominum...”; V 399: “Voce tamen bassa...”; VI 370: “Mezzamorta cadit...”; XV 353: “Tu pensare potes...”; XVI 586: “Non erat?...”; XVI 613: “Rebus in adversis...”; XVII 286: “Tartarus agnovi...”, etc.), que pueden entenderse como una reminiscencia de los carmina truncata virgilianos, como parece quedar explicitado en un fragmento de las Laudes Merlini eiusdem magistri Acquarii Lodolae ad illustrem dominum Pasarinum scarduarum comitem de vita et moribus Merlini Cocaii et de inventione huius voluminis ubicadas al comienzo de la red. T: “[...]Tedet me hoc nobile volumen ab illo [Merlino] non fuisse recognitum, nam (teste Columella) terra quo magis laboratur magis ingrassatur. Id probatur, quia (sicut Vergilius) multa carmina reliquit imperfecta [...].”

3. La tmesis macarrónica.

Un uso anormal e intensamente expresivo de la tmesis caracteriza la versificación folenguiana, hasta el punto de constituir la particularidad métrica más comúnmente conocida del macarroneo folenguiano. Se encuentra presente también en la redd. C y V, incluso con un uso más amplio y más hábil, frente al caso de otros macarronismos métricos suprimidos en dichas redd.

Señala Paoli que la tmesis folenguiana consiste en la separación de los dos elementos de un compuesto insertando normalmente entre los dos lexemas el nexo copulativo –que (Baldus V IV 19: “Qui taiacantones dicuntur mangiaque ferri” [che si chiamano ‘tagliacantoni’ e ‘mangiaferro’]).

A veces es suficiente con que la palabra tenga una cierta extensión, cuatro o cinco sílabas al menos, para que el poeta se sienta con el derecho de cortarla (ib. II 315: “Atque pretianes, soldanos barbaque soros” [e i “Prete tanni” e i Soldani e i barbassori])5.

Zaggia analiza el uso de la tmesis en las macarroneas menores, donde predomina casi absolutamente el primer tipo enunciado por Paoli6.

La tmesis macarrónica remonta a conocidos ejemplos clásicos: “Naturalmente, este tipo de imitaciones no constituye de por sí un hecho macarrónico, aunque revela una cierta predilección por los aspectos más extravagantes (al menos desde nuestro punto de vista) de la poesía clásica; se entra empero decisivamente en el ámbito macarrónico cuando Folengo, partiendo de estos casos limitados, con evidente intención expresiva, el procedimiento más allá de los límites tradicionales, implicando también y sobre todo a los vocablos tomados del vulgar. Pero que el punto de partida ha sido el tipo clásico Septem ...triones es declarado por el propio autor en la glosa a Baldus T II 46, a propósito de Lanzaque lotti, es decir, Lanzalotti, genitivo de Lanzalottus = “Lancillotto”): ‘Lanzaque lotti’: divisio, sicut ‘Septemque triones’ (el ejemplo más cercano parece por tanto del de Ovidio, Met. I 64 [Proxima sunt Zephyro; Scythiam Septemque triones])”7.







1 Cf. Ed. Zaggia, p. 681. El resto de cláusulas presentes en los distintos tipos de versos de las macarroneas menores son analizados en las pp. 681-682.
2 Cf. U. E. PAOLI, o.c., pp. 192-194.
3 Cf. Ed. Zaggia, p. 681
4 Cf. ib., p. 683.
5 Cf. U. E. PAOLI, o.c., p. 74-75
6 Cf. Ed. Zaggia, pp. 684-685
7 Cf. Ed. Zaggia, p. 685. Otros particularidades prosódico-métricas menos caracterizantes y conflictivas respecto a la norma clásica son analizadas por Paoli y Zaggia, como la diéresis prosódica, el sigmatismo (éste sólo en Il Baldus... de Paoli (pp. 103-104), la enantiometría, la sinalefa, el hiato, el alargamiento en arsis, la abreviación de monosílabos delante de vocal, los versos hipermétricos y la rima.