CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

domingo, 7 de diciembre de 2014

MACARRONEAS E INFLUENCIA FOLENGUIANA EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI





Señalaba hace unos años Juan Francisco Alcina que la poesía macarrónica, uno de los géneros más originales de la producción neolatina del pleno Renacimiento, es en España una tradición que llega de Italia bajo la influencia de Teófilo Folengo1. La estudiosa italiana Lucia Lazzerini descubría una temprana influencia de la red. Toscolanense (1521) de las macarroneas folenguianas, la más cargada de polémica religiosa, en los colloquia de Erasmo (1522-1523), y situaba al humanista holandés como precoz divulgador de Folengo en el círculo cosmopolita de los intelectuales de orientación evangélica2; entre éstos militaba el español Juan de Vergara (1492-1557), quien mantuvo estrechas relaciones personales con Erasmo durante su estancia en los Países Bajos entre 1520 y 1522, y epistolares hasta la muerte de éste (1536). Vergara es, ciertamente, el autor de la primera macarronea española conocida (= Bald.), escrita en torno a 1522. Si se piensa que la creída durante mucho tiempo primera macarronea romance transalpina de tradición postfolenguiana, el poemita ad suos compagnones del jurista provenzal Antoine Arena, fue publicado en 1529, la composición de Vergara reivindica claramente el honor de ser la primera de este tipo, siendo además testimonio, como indica Márquez Villanueva, de la rápida difusión del Baldus en España3. El poema se presenta como respuesta a un epigrama dirigido a Vergara. Escritor y destinatario asumen personalidades folenguianas, "Zingar" y Baldo respectivamente, en una composición que expone satíricamente las intrigas y maniobras de enriquecimiento ilícito surgidas tras el fin de las guerra de las Comunidades (1521). El poema conoció, sin duda, una amplia divulgación manuscrita, de lo que es testimonio las variantes ope ingenii de los manuscritos, y un añadido espúreo de 28 versos (=spur.) que aparece al final de uno de éstos. Tanto Bald. como spur. presentan cierta cantidad de calcos textuales folenguianos procedentes de la red. T, así como cierto -relativo- descuido en el plano prosódico-métrico, que son índice, por un lado, de la dependencia del modelo cisalpino, y, por otro, de impericia y/o despreocupación en el manejo del nuevo lenguaje híbrido importado. No obstante, la macarronea española nace bajo el signo de un claro clasicismo latinizante, que le hacen del todo extraños rasgos no folenguianos del macarroneo del contemporáneo Arena, como el empleo frecuente del artículo y el traslado directo de expresiones del vulgar4. La influencia folenguiana, por otra parte, se deja notar en la producción neolatina del mismo Vergara, concretamente, en el poema coetáeno épico-burlesco la Callioperria, pieza verdaderamente singular de la literatura humanista en España.

De aproximadamente un decenio después (1533) es la siguiente macarronea conservada, la epístola macarrónica (= epist.) del dr. Diego Sánchez de Alcaudete, notabilísima, en el plano de la expresión, por la independencia que demuestra del modelo folenguiano aun ateniéndose a sus normas canónicas, y, en el plano del contenido, por su carácter autobiográfico protopicaresco.

También resulta precoz España en el terreno de las traducciones: en 1542 aparece en Sevilla una adaptación del Baldus T, que se adelanta en mucho a la primera traducción francesa de 1606, realizada sobre el Baldus V5. A diferencia de ésta, que seguirá con cierta fidelidad el texto macarrónico, el traductor español, como indica Blecua6, se permite toda clase de libertades que hacen de su traducción un libro original. Éste se presenta como el Quarto libro del esforçado cauallero Reynaldos de Montaluán, que trata de los grandes hechos del inuencible cauallero Baldo y las graciosas burlas de Cingar, sacado de las obras del Mago Palagrio en nuestro común castellano, dentro de una casi desconocida serie caballeresca; la obra se divide en tres partes o libros, de los que el primero constituye una adaptación libérrima del Baldus T, pues se suprimen los rasgos caricaturescos y polémicos del original y sólo se mantiene el armazón argumental caballeresco que sustenta el Baldus. El adaptador, además, añade de su cosecha descripciones y situaciones habituales en los libros de caballerías. Blecua señalaba que no había en el autor de tal adaptación ningún rasgo erasmista7, lo que resulta una temprana prueba de la variedad temática e ideológica a la que servirá la macarronea en España en los siglos posteriores.

De entorno a 1552 data otra breve macarronea escrita en el Estudio salmantino por el Dr. Méndez Nieto (Mend.). Dicho circa 1552 permite situar a esta macarronea como la tercera de las conocidas en España, tras el poema inaugural de Juan de Vergara (ca. 1522), y la epístola macarrónica del Dr. Diego Sánchez (1533), todas tres transidas del espíritu goliárdico universitario. Por ende, la composición de Méndez Nieto resulta la primera conocida en dísticos elegíacos. Hay noticias de que el género fue cultivado asimismo en el núcleo de Alcalá y de Alvar Gómez de Castro, quien en carta a Ambrosio de Morales en 1552 alaba su labor como mantenedor del certamen poético celebrado en la universidad alcalaina dicho año, y un diálogo suyo, de entre cuyos protagonistas uno, llamado "Spendopoeta" i. e. 'poeta de las libaciones', debía emplear versos híbridos o puramente macarrónicos de sabor satírico: "Spendopoeta, cum suis macarronicis musis aut uerius picis (nam hae quidem tam longe absunt a castissimarum Musarum nomine, ut Iouis et Memoriae filiabus ingens quidem contumelia inferatur, si illae aliquando in ipsarum consortium ueniant) multipliciter mihi gratus fuit"8.

La macarronea de Francisco Pacheco (Pach.) es la más extensa de las conocidas en España hasta la fecha. Cronológicamente –si se da por válida la fecha de 1565 presente en el manucrito de la Bancroft Library-, ocupa el cuarto lugar, a unos 13 años del poema en dísticos elegíacos de Juan Méndez Nieto (circa 1552) y a escasos años (1571) de las macarroneas compuestas en honor de la batalla de Lepanto. A nivel estilístico se aleja de la primera fase de la producción macarrónica española representada por las epístolas de Juan de Vergara, de Diego Sánchez y el poemita de Méndez Nieto, y se acerca a la fase clasicista y normativa que inician las macarroneas lepantinas –sólo interrumpida por la anomalía múltiple que representa el emblema macarrónico “otiositas vitanda” (1605)- . Estas tres primeras macarroneas tienen en común cierto grado de descuido en el aspecto métrico y prosódico, que se aleja del modelo de perfección folenguiano, y se acerca, en cierta manera paralela, al estilo deliberadamente descuidado de los poetas macarrónicos prefolenguianos. Lo más peculiar y característico, empero, de la macarronea de Pacheco se sitúa en el terreno argumental y lingüístico; la temática amorosa que le es propia no volverá nunca a ser protagonista en la macarronea española, y sólo aparecerá tangencialmente en su vertiente erótica de forma muy tardía en la Pepinada (1812) de Sánchez Barbero –junto, curiosamente, a la existencia de un cuerpo de glosas marginales-, la última de las composiciones conocidas compuesta en España. En cuanto al aspecto lingüístico es necesario observar el uso generoso del lenguaje de germanía. Las influencias folenguianas son muy evidentes, a nivel incluso de calcos textuales y referencias directas a Merlín Cocayo, en la primera de las macarroneas españolas conocidas, la de Juan de Vergara. Estas influencias se hacen intrínsecas, y no se manifiestan abiertamente en la epístola del Dr. Sánchez ni en el poemita de Méndez Nieto (quienes, como Pacheco, no necesitan justificar a esas alturas su elección de género), y reaparecen con fuerza a nivel textual y estructural en la macarronea de Pacheco.

De 1571 datan las composiciones del maestro Martínez (= mach.) y Juan Escribano (= Scrib.), escritas para las justas poéticas convocadas por la Universidad de Salamanca para conmemorar la victoria de Lepanto. En palabras de Márquez Villanueva, estos poemas son testimonio de la popularidad de la poesía macarrónica en los medios universitarios, admitida a codearse oficialmente con el latín y el romance en este clase de lides. Ambos poemas, pero sobre todo el primero, muestra una clara influencia de la red. T folenguiana en forma de tópica (invocación a la Musa macarrónica, descenso burlesco al infierno, descripción expresionista de batallas), hecho que no volverá a repetirse en la historia del género en nuestro país. Dichos poemas se caracterizan, asimismo, por su perfección prosódico-métrica, tendencia que se mantendrá estable en lo sucesivo, y por una creciente seguridad en el manejo de las posibilidades estilísticas de la creación lingüística macarrónica.

Indicaba Márquez Villanueva que la poesía macarrónica gana terreno en España hacia el último cuarto del siglo XVI y primeros años del siglo XVII. Ciertamente, no se conservan más testimonios macarrónicos de este último periodo del siglo XVI, aunque no faltan, por otro lado, las noticias sobre la fortuna de la obra folenguiana y sobre una intensa actividad macarrónica ahora desaparecida. En la ciudad de Sevilla, Francisco Pacheco9 cita a un poeta macarrónico llamado Leyva en su Sátira apologética en defensa del divino Dueñas, vv. 127-129: "Harto más gana Leyva en ensayarse / En la arte macarrena que en la trova, / Que no vale un dogal para ahorcarse", y alude, en opinión del editor Rodríguez Marín, a una macarronea obra de un Guevara en los vv. 436-46810. El mismo Rodríguez Marín identifica esta presunta macarronea de Guevara con una antigua composición de tal género descrita por D. Juan de Silva, conde de Portalegre, al poeta sevillano D. Fernando de Guzmán Mejía en carta de abril de 1598: "... tiene mucha gracia y parece que quien la hizo la supiera bien hazer en latín puro y en aquel género osara competir con un Merlín, que le vi siendo muchacho, en el qual se podrá hallar sólo una ventaja de hazer el remiendo de muchas colores, porque éste lo hace con la lengua castellana sola"11. El Baldus se ha vuelto tan familiar en esta época, observa Márquez Villanueva12, que hasta sus personajes secundarios no necesitan presentación. De tal suerte, el condestable don Juan Fernández de Velasco se permite atacar a Herrera y sus Anotaciones a Garcilaso (1580) bajo el pseudónimo de "Licenciado Prete Jacopín", trasunto del licencioso cura de Cipada que aparece por primera vez en el libro VII del Baldus T, citando unos versos del libro XIV de dicha obra y redacción:

" [...] quedo rogando a Dios os dé todo aquello que Ovidio desea para su amigo Ibis; y los bienes que Merlino Cocayo dice que causa Saturno en estos versos: ...capitis dolor, hydropisia, / angonaia, malum costae, quartanaque febris, / Mazzuccus, lancum, carbones, morbida pestis; / Flegma, tumor ventris, vermes, col[l]icique dolores, / Petra ves[s]igarum, cancar, giandus<s>a, bognones; / Franzosus, ferse, cagasanguis, rogna, varolae, / Defectus cerebri, rabiesque frenetica, chiodus, / Stizza canina, dolor dentorum, scropha, puuide. / Phistula, galtones, tumor uel lergna uocata / Testiculi, brophole, tegnosa codega, lepra, / Schelentia, gulae sicitas, et pectoris asma; / Sanctique Antonii morbum, morena, podagra: / Tisica febris, mugance, tardeque pedane.
Esta familia de Saturno, Sr. Herrera, sea siempre en vuestra guarda.
El licenciado Prete jacopin"13.

En las Obras ff. 114v-115r (Granada 1582) de Gregorio Silvestre, éste incluye una "epigrama traduzida de Merlin". El epigrama en cuestión es el titulado De morte Tonelli, que aparece repetido, sin variantes, en las redd. C (Epigr. XVI) y V (Epigr. VIII), y que cuenta la muerte, en extrema pobreza, de Tonelo, el pastor enamorado protagonista de la Zanitonella, y las tristes paradojas que ésta conlleva:

Venerat ad mortem terzana febre Tonellus,
Cui stabat praesens mater et una soror.
Affuit hic candela sefi constata quatrino,
Quam tenet in propria povera vecchia manu;
Dum brusat et culum iamiam focus ardet ad imum,
Mater ait: "Fili, iam moriare, precor;
Nam neque tu moreris, nec ego meschinula filo,
Et iam candelae culus adustus abit"14.

("En la agonía se hallaba Tonelo por fiebre terciana,
Cerca estaban de él madre y hermana a la par.
Una candela de sebo hubo allí que un cuadrín le costara,
Y que la vieja mujer tiene en su mano, infeliz.
Mientras que arde la vela y el fuego ya llega a su culo,
Dice la madre: "favor, hijo, y muérete ya;
Pues que ni tú te mueres, ni yo, bien mísera, hilo,
Y el culo del candil ya consumido se va".)

Silvestre amplifica el epigrama en cuatro redondillas, en que son eliminadas las más estrechas referencias folenguianas, y que resultan un curioso documento de la aptitud de un alóglota frente al aparente caos lingüístico macarrónico:

Vn nuestro à migo [sic] mancebo,
Passado de mortal flecha,
Tenia en la mano derecha
Vna candela de sebo.

Y esto por falta de cobre,
Que bien comprara vna hacha
Sino tuviera por tacha
Ser poeta, siendo pobre.

Yo le vide boca yuso,
Viendose en tan baxo estado,
Que diera por un cornado
Quantos sonetos compuso.

Ayudanle con la lengua
Muchas viejas, y tambien
Entrellas, su madre, à quien
Por pobre no hazia mengua.

Sobrauale ya la vida
Y el triste no fallescia
Y la candela se via
Al postrer punto venida.

Quando la vieja hablaua
Llorando de hilo, en hilo
Morios hijo, que no hilo,
Y la candela se acaba.

En 1594 Arias Montano se excusaba con sorna ante el cartujo fray Esteban de Salazar de haber citado en su presencia medio verso de Folengo15, dos años antes de que Clemente VIII pusiera el Opus macaronicum en el Índice16. En la biblioteca del humanista Luis Barahona de Soto, fallecido en 1595, entre muchas otras obras de autores italianos, se hallaban dos ejemplares de la red. Toscolanense17.





Ilustración: Portada de la edición moderna de la versión española del Baldus T.




1 Cf. J. F. ALCINA, "Entre latín y romance: modelos en la creación poética castellana de los Siglos de Oro", en J. Mª. MAESTRE MAESTRE-J. PASCUAL BAREA (coordd.), Humanismo y Pervivencia del Mundo Clásico I. 1. Actas del I Simposio sobre humanismo y pervivencia del mundo clásico (Alcañiz, 8 al 11 de mayo de 1990), Cádiz 1993, p. 20.
2 Cf. Lucia Lazzerini (cf. "Merlin Cocai in Provenza (echi folenghiani in Antonio Arena)", Atti Convegno 1991, pp. 373-377) ha caracterizado la red. T como "la más agitada por inquietudes religiosas, por fermentos polémicos y tentaciones heterodoxas, luego enromadas o suprimidas" (p. 376), lo que explica su rápido éxito europeo en el círculo cosmopolita de los intelectuales de inspiración evangélica, a comenzar, probablemente, por el propio Erasmo, en cuyos colloquia descubre Lazzerini influencias de tal redacción.
3 Cf. F. MÁRQUEZ VILLANUEVA, o.c., p. 272.
4 Cf. ASC 110: "et malus adveniat lo cagasanguis eis" cit. por L. LAZZERINI, "Merlin Cocai...", p. 382 y ME 530: "S'esquartare decet quando la guerra venit"; 334: "De ma persona quam tribolare facit"; 1902: "au plam d'Alhano mille remille focos"; 1907: "All'estandart! Tandart! O montate cavallos!"; 2059: "fort, fort torchabat, blessando les inimicos" cit. por A. SOONS, "Esquisse d'une valorisation du latin macaronique: La Meygra Entrepriza d'Antoine Aréna", Humanistica Lovaniensia, vol. XXI, 1972, pp. 71-79.
5 Traducción anónima que apareció con el título de Histoire maccaronique de Merlin Coccaie, prototype de Rablais. Sobre la reconocida influencia de Folengo en Rabelais y su bibliografía cf. C. CORDIÉ, "Sulla fortuna di Teofilo Folengo in Francia e in particolare sull'"Histoire maccaronique de Merlin Coccaie, prototype de Rablais"",  Atti Convegno 1977, pp. 304-305, y más recientemente L. LAZZERINI, "Aux origines...", pp. 27-30, "Da quell'arzillo pulpito...", pp. 121-126, y M. JEANNERET, "Ma patrie est une citrouille...",y "Latin de cuisine..." passim. Marcel Tetel (cf. "Rabelais et Folengo. De patria Diabolorum", en J. CÉARD -J. C. MARGOLIN (edd.), Rabelais en son demi-millénaire. Actes du Colloque international de Tours (24-29 septembre 1986), Droz, Genève 1988 ("Travaux d'Humanisme et Renaissance, CCXXV = "Études Rabelaisiennes", XXI), pp. 208-311), que no parece conocer la red. P, piensa que el título De patria diabolorum es una invención de Rabelais para referirse a la obra de Folengo. Dichas citas rabelesianas parecen confirmar, al contrario, la suposición de E. Bonora de que Rabelais conoció dicha redacción (cf. Le Maccheronee..., p. 37).
6 Cf. A. BLECUA, "Libros de caballerías, latín macarrónico y novela picaresca: la adaptación castellana del Baldus (Sevilla, 1542)", Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, XXXIV, 1971-72, p. 149.
7 Cf. ib. p. 225. Bajo la edición de Folke Gernet apareció dicha traducción con el título de Baldo en la colección "Los libros de Rocinante" (nº 13) del Centro de Estudios Cervantinos (2002).
8 Cf. C. VAQUERO SERRANO, El maestro Alvar Gómez: biografía y prosa inédita, Toledo 1993, pp. 291-292.
9 Obra casi contemporánea de su macarronea.
10 Cf. F. RODRÍGUEZ MARÍN, "Una sátira sevillana del licenciado Francisco Pachecho", RABM, XVII, 1907, p. 447: "A lo que parece, desde aquí hasta el verso 468, alude Pacheco à una composición macarrónica, descriptiva de una tierra imaginaria, toda abundancia, y tan acomodada para vivir á la birlonga como los reinos de Jauja y Cucaña, sus colindantes. De tal poema era autor, á lo que se indica, un Guevara, que debe ser el mismo á quien recordaba por sus comedias Juan de la Cueva en el Exemplar poético, epístola III, versos 532-34". Los versos en cuestión son los siguientes: "Aquestos acidentes son celajes / que á la isla de Malfado nos atinan / do haze esta Morgana sus visajes. / con Xauxa y con Cucaña se confinan, / los Bacallaos y la Isla de Lagartos, / la tierra de labor do no cocinan; / el cabo de Tinel, do mueren hartos / de nuevas y de moxcatel cacao, / cabo espiral, do no hay blanca ni cuartos. / Esta derrota nunca llevó almao, / ni halló Magallanes este estrecho, / ni dijo della el pece Nicolao. / Perdiéramos del mundo tan buen trecho / y tan rico país, si con sus ruedas / Guevara no guiara allá derecho. / Hizo á las pobres musas ricas ledas / con aquel mapamundi de supinos, / más que mil Tolomeos y mil Bedas. / Por él corren hoy día los caminos / al nuevo reino, antípodas, Malucas, de especies y gerundios los latinos. / Amainen ya las musas mamelucas, / que de nuevo cosario es la vitoria; / comiencen á estudiarlo por San Lucas. / Y vivirá, Guevara, con gran gloria / más de mil obispillos tu renombre: / mientras haya rodeznos en anoria. / Pobre poeta, si deseas ser hombre, / sigue aquesta conquista dichosísima; / deja el río dorado, el falso nombre; / gozarás de una tierra felicísima / que en su espejo te muestra aqueste esquife, / do viven, sin morir, vida dulcísima."
11 Cf. ib., pp. 447-448.
12 Cf. F. MÁRQUEZ, o.c., p. 276.
13 Cf. FERNANDO DE HERRERA, Controversias sobre sus anotaciones á las obras de Garcilaso de Vega. Poesías inéditas, Sociedad de Bibliófilos Andaluces, Sevilla 1870, pp. 61-62. Los versos citados corresponden a Baldus T XIV 424-436, donde Cíngar enumera las enfermedades que habitan en la casa de Saturno. La expresión "familia de Saturno" que emplea Fernández de Velasco procede de Baldus T XIV 438: "Ista fameia senem Saturnum semper honorat". Hemos marcado dos correcciones al texto según el texto del ejemplar T3 que hemos venido manejando.
14 Cf. ed. Zaggia, p. 511.
15 "Y assí con ellas no se escandalizará tanto en mí, como muestra haberse escandalizado viéndome pronunciar medio verso de la macarrónica que compuso Gerónimo Tolengo [sic] Monge de San Benito, que puede ser yo haberlo pronunciado en presencia de V. P. y de Fr. Luis de León, y del doctor Juan del Caño que está con Dios... Y cierto que si yo entendiera entonces, no que V. P. sino cualquiera hombre plebeyo se había de escandalizar oyéndome tal verso, yo no tocara en macarrones para siempre" (cf. T. GONZÁLEZ CARVAJAL, "Elogio histórico del doctor Benito Arias Montano", Memorias de la Real Academia de la Historia, VII, Madrid 1832, p. 189 cit. por F. MÁRQUEZ, o.c., p. 276.
16 Cf. Sobre su inclusión en el índice de 1596 nisi repurgatum fuerit, y en los sucesivos hasta 1900 cf. A. MOMIGLIANO, "La critica...", p. 186 n. 2.

17 Cf. F. RODRÍGUEZ MARÍN, Luis Barahona de Soto, Madrid 1903, p. 564 cit. por F. MÁRQUEZ, o.c., p. 276 n. 24. Cf. también CARLO CORDIÉ "I fratelli Folengo e la Spagna", Letterature moderne, I, 1950, p. 67: "Ho potuto almeno specificare che lo studioso spagnolo [ i. e. Rodríguez Marín] aveva indicato per una cattiva lettura, in quanto all'editore del libro maccheronico, "Borgõzole" in luogo di "Gorgõzole" (si tratta di una rarissima ristampa della redazione cosiddetta Toscolana, apprestata da Niccolò Gorgonzola -tutt'altro che nome grottesco fittizio come diceva il Luzio!- nel 1522): egli aveva però aggiunto che un altro esemplare delle Maccheronee doveva avere appartenuto al famoso letterato, e suppose -citando evidentemente a caso- che si trattasse di un'edizione De Gobbis 1581 ovvero di una De Imbertis 1585". Las tres ediciones citadas por Cordié son respectivamente, T2, T6 y T7 en la clasificación de Zaggia, p. 562.


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